Cegados por la infamia y contaminados por el poder . Crítica de “Sector Vip”
El director Eduardo Pinto estimula el cine de género con tópicos como las fake news, prostitución vip y corrupción
La película dramática “Sector Vip” desprende un manantial de virtudes cinematográficas en manos de Eduardo Pinto. Una cinta con pinceladas vibrantes en un policial negro, erótico con signos de suspenso. Por. Florencia Fico.
El argumento de la película “Sector Vip” se centra en el personaje de Ginny (Martina Krasinsky) una joven que viene a la ciudad con la idea de trabajar como bailarina, Paul(Joaquín Berthold) un agente de RRPP se convertirá en su representante. Santos(Luis Machín) un periodista en declive quiere encontrar una nota que lo haga resurgir. Ellos convergerán en una discoteca llamada “Sector VIP”, allí se da: trata de personas, las tensiones por el poder, drogas y negociaciones ilícitas.
La dirección de Eduardo Pinto sobre la base dramática del filme incorpora suspenso, thriller erótico y policial negro. El realizador tiene el ingenio adecuado para superponer y traspasar los géneros fílmicos gracias a sus anteriores experiencias como en “La sabiduría” donde la violencia de género también se ve plasmada con western rural, a su vez en “Caño dorado” articula los personajes que transitan el bajofondo aunque también los dota de humanidad. El filme cuenta con otro experto en la exposición de conflictos sociales como lo es el cineasta José Celestino Campusano que como productor tiene la inteligencia para retratar y visualizar los sectores o temarios invisibilizados de la sociedad con una mirada crítica y reflexiva.
El guion de Rodolfo Cela se amalgama de forma sustancial en la cinta con la aplicación de entramados y guiños a la marginada realidad. Se evidencia un libreto con diálogos fuertes, increpantes y en constante cambio de tono y esa versatilidad se alcanza con un gran trabajo de investigación.
Cela en sus líneas manifiesta cómo la manipulación arrasa con los sujetos ya sea: el periodismo serio teñido por el sensacionalismo; o la agenda de los empresarios. Asimismo el mercado publicitario que hace diluir programas con conciencia ciudadana dando lugar a una prensa trivial de confrontación, polémica y picante.
La prostitución vip también es un tópico en el filme bajo las falsas promesas de fama; un representante en éste caso Paul a una joven Ginny. Sus tácticas de persuasión para que logre sus objetivos, la violencia de género en formas psicológicas y físicas; que debe enfrentar la protagonista Ginny.
La película también esboza el mecanismo de los operadores mediáticos, con la apariencia de informantes o gargantas profundas. Quienes inician un enmascarado plan que comprende extorciones. Persecución a los periodistas como lo es Santos que también se ve implicado en este círculo de ambición. Un toque típico del policial negro.
Un párrafo a destacar del guion de Cela es la representación de lo subyacente, lo implícito o lo subestimado. La problemática de la contaminación que es solapada intencionalmente por noticias banales o fake news.
La fotografía de Federico Jacobi despliega planos secuencia sensacionales dando esa sensación laberíntica que tiene el filme. Las capturas en cámara lenta dan cadencia a la filmación. Algunos planos cenitales y efectos de enfoque – desenfoque dan cuenta los estados anímicos de los personajes. Una toma panorámica de Ginny y Paul en un río devenido en basural en la grabación aérea es brillante. Jacobi y una metáfora del poder de la imagen y su contexto.
La música de Claudio Miño emplea una instrumentación en climas de tensión o conflicto con piano o el violín. Y los ritmos electrónicos o cumbieros para ambientar los escenarios de discoteca. Hay algunos tramos con rock lo que genera más adrenalina al filme.
El reparto esta compuesto por la protagonista Ginny en la piel de la actriz Martina Krasinsky quien le dio un porte bravo, seductor, sensible y muy contestatario. El actor Luis Manchín se vuelve un camaleón en su interpretación de Santos, el artista le da diversos picos de expresión y gestualidad. El actor Joaquín Berthold irrumpe con una composición explosiva, iracunda e irreverente. La actriz Ana Celentano le da vida a Iara madre de Ginny con una actitud inquietante. Y el actor Carlos Portaluppi en su papel como Francisco, dueño del canal donde trabaja Santos, lo lleva a los límites más oscuros y sarcásticos.
El filme de Eduardo Pinto es un caleidoscopio fílmico donde pueden encontrarse tanto un registro realista, denunciante e intrigante. El trio actoral Manchín, Berthold y Krasinsky abren una catarata de sensaciones y pensamientos para que el espectador discuta y se interpele.
Puntaje: 90