Crónica del horror
El documental de Oriana Castro y Nicolás Martínez Zemborain pasa a formar parte del catálogo de registro de memoria de la historia nacional, relacionado con lo que fue uno de los pasajes más oscuros en nuestra sociedad, la dictadura militar. La historia esta enfocada en la búsqueda de Arturo Santana, extranjero que padeció el seguimiento y secuestro durante la represión militar en 1976 y que asegura que parte de su encierro fue en un subsuelo de la Galerías Pacífico La narrativa que eligieron los directores, abarca el registro de testimonios, el seguimiento del caso que exponen, el silencio constante como denuncia y la contemplación arquitectónica y artística incluso de las galerías, la contradicción de un lugar que funciona como centro de consumo masivo donde convergen varias multinacionales de ropa y comida, y donde a la vez se esconden escalofriantes recuerdos del horror, guardados en los subsuelos del edificio emblemático.
El ritmo es lento, respetuoso con lo que se quiere denunciar y contar, no amerita artilugios descabellados de la realización audiovisual, es un corte periodístico clásico, que poco a poco nos va sumergiendo en una oscuridad que se aloja en los recuerdos del protagonista, Arturo, quien habla frente a cámara con un dolor que es claro en la mirada y en la pronunciación de las palabras, las secuelas de la represión son claras en su andar y en su desenvolvimiento, pero tenemos a un hombre que tiene la convicción que aquel sufrimiento que padeció junto a muchísimas personas más no sera olvidado aunque así lo quieran algunos, y esta claro que hay gente poderosa que no le conviene que salga a la luz las atrocidades cometidas en aquel sitio, revelado esto en el impedimento que sufrió el arquitecto Pablo López Coda en su investigación dentro de la Galerías Pacífico en una especie de trabajo arqueológico profundo que realizo para reconstruir la memoria del lugar y develar lo ocurrido allí.
El documental cuenta con el aporte de declaraciones y testimonios de personas conocedoras de la historia e involucrados en la investigación, como el Juez Rafecas, Pablo Lollo y Diego Kogan, para obtener otros puntos de vista, todos con la misma finalidad de esclarecer lo acontecido.
Segundo subsuelo debe ser un material de aprendizaje, nos otorga una mirada diferente de lo que significa las Galerías Pacífico, debajo de todo ese paraíso de consumo como lo describe Arturo, se encuentra en las entrañas del edificio, ecos del recuerdo del dolor y horror de una época sumida en la represión, tortura y censura, con la desaparición sistemática de compatriotas y compañeros.
*Review de Gonzalo Schiffer