La venganza será femenina
Daniel Alvaredo (Paternóster, El peor día de mi vida, La señora Haidi) vuelve a trabajar desde el género con Sentadas en el umbral (2020), una película que tiene todos los condimentos para ser una historia de conspiración pero, afortunadamente, se presenta como una comedia de enredos.
Una triangulación de dinero a empresas offshore se complica y unos misteriosos personajes que responden “al negro” (al que nunca vemos) solicitan la ayuda de un abogado sin escrúpulos. Este hombre mete en el plan a dos jóvenes abogadas (Victoria Césperes y Soledad García) a quienes utiliza de chivo expiatorio. Todo va viento en popa hasta que las chicas sospechan del plan y deciden tomar cartas en el asunto.
Historia de traiciones, estafas y negociados ilegales, la película cuenta con todos los elementos de un policial negro, con personajes de dudosa moral y la corrupción que sobrevuela la trama, pero -por suerte- no lo es, porque elige contar sus vueltas de tuerca a plena luz del día con un tono cómico. La tragedia se convierte en farsa y se aliviana el drama en una entretenida comedia de enredos.
La ocurrencia está en el guion con sus vueltas de tuerca, la música de Pablo Sala ayuda a remarcar el tono del relato, y su corta duración (otra buena decisión), dan a la historia el cierre preciso, justo cuando sus giros empezaban a sentirse forzados. Otro punto a favor son las buenas actuaciones que proporcionan un buen timming para la comedia, y hacen pasar por alto algunas escenas resueltas de manera cursi (sobre todo las de hotel).
Daniel Alvaredo, de filmografía irregular, hace en compañía de Mónica Roza una película correcta, con el plus de destacar la figura femenina en un mundo netamente masculino, en línea con los tiempos actuales.