PADRE DESCONTROLADO
Lo mejor que se puede decir es que trata de un relato autobiográfico que intenta ser simpático, intimista y sensible. Pero claro, son muchos los lunares que estropean esta aspiración. Es la historia de una pareja con dos hijos. El es Cameron (Ruffalo) un bipolar. Ella sabía cuando se casó, pero bueno. Hoy, después de una severa crisis, lo internaron. Y ella lidia con las dos hijas, un presupuesto escaso y un porvenir poco prometedor. Por eso decide irse a Nueva York a capacitarse para tener mejores oportunidades. Y le deja las hijas al cuidado de este papi bipolar, que cada tanto tiene sus brotes, que vuelve al alcohol, que es un tiro al aire, que a veces parece un padre pintoresco y otras veces un loco lindo inmanejable. El film deja hacer a sus personajes, acumula escenas sueltas, no le preocupa el desarrollo dramático. Cuentas las idas y vueltas de una familia disfuncional desde los ojos de una de las hijas, pero es chata y reiterativa. Más que un homenaje a ese padre entrañable y desolado parece rescatar la idea de que al final siempre la familia es el mejor lugar para poder curarse.