Séptimo

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

La premisa de SEPTIMO es inquietante. Un padre está llevando a sus hijos al colegio y ellos le insisten con un jueguito repetido, que todos hemos hecho alguna vez: mientras él baja por el ascensor desde el séptimo piso, ellos lo hacen por las escaleras. Hasta ahí, todo bien. El problema empieza cuando ellos nunca llegan abajo. O, si llegaron, ya no están ahí cuando él llega. Para Sebastian (Ricardo Darín) la situación es desesperante: los chicos no aparecen por ningún lado y es imposible predecir qué ha pasado con ellos.

En el caso de Sebastián las posibilidades que se abren son muchas. Es un importante abogado que lidia con casos que le han generado muchos enemigos, uno de los cuales está en pleno proceso mientras esto sucede (y la ausencia del abogado sería importante), y seguramente hay varios casos más en el pasado. Hay vecinos extraños, misteriosos y con algún problema que otro con él. Hay un portero que no parece la persona más confiable del mundo. Hay un divorcio en puerta con la mujer (la española Belén Rueda) que planea volverse a España con los chicos. Hay un pariente violento. Una ex amante. Y, llegado el caso, no habría que descartar de entrada alguna opción más casual, extravagante o hasta metafísica. Claro que también pueden haberse perdido o estarle jugando a su padre una broma pesada.

septimo2Todas estas puertas, ventanas y avenidas narrativas serán investigadas, acaso demasiado casualmente, por Sebastián, que parece ser la clase de persona que se convence fácilmente cuando le pregunta a alguien “¿Usted vio a mis hijos?” y le responden: “No”. Durante buena parte del relato -la mejor-, la película no sale del edificio: todo sucede ahí en lo que parece ser tiempo real. Y gracias al rostro familiar de Darín (el actor que más empatía genera en el mundo de habla hispana, le guste o no al propio Darín), uno no puede evitar ponerse en su lugar, en su angustia y desesperación.

Promediando el filme se revela el primero de los secretos de la trama -que no adelantaremos aquí, aunque el trailer lo cuenta-, pero digamos que algo se sabe acerca de qué es lo que pasó con los chicos. La segunda parte del filme, entonces, saldrá por momentos del edificio en cuestión -por un lado- y tratará de determinar ya no qué pasó sino quién es el responsable y si se puede (o no) recuperar a los chicos. Y la película perderá un poco la intensidad que le daba la compresión espacio/tiempo.

SEPTIMO es una película pequeña, que “agranda” comercialmente la presencia de Darín, Rueda y de un elenco que también integran Luis Ziembrowski, Osvaldo Santoro, Guillermo Arengo y otros. Es, también, una película menor, un ejercicio, un juego más o menos intrigante que se sostiene durante buena parte del relato pero decae sobre el final, como si el director español Patxi Amezcua no pudiera lograr mantener la tensión una vez que las cartas se muestran un poco más claramente. En cierto sentido, me da la impresión que SEPTIMO funciona casi como un episodio de alguna serie de TV tipo TIEMPO FINAL, con un sistema simpático y medianamente efectivo pero finalmente inconsecuente y no demasiado perturbador.

septimo1A favor la película tiene a su elenco, un equipo de talentosos actores lidiando con un material que no está del todo a la altura de sus talentos. La puesta en escena es formalmente correcta, pero nunca sorprende ni inquieta. No hay nada en la película que sea particularmente brillante ni tampoco pésimo. Es un filme funcional, discreto, que promete más de lo que cumple y que se queda a mitad de camino en la mayoría de las cosas que propone.

Lo que sí es problemático es el guión, que exige un grado de suspensión de la credibilidad excesivo y que se apoya más en una serie de casualidades circunstanciales que en la lógica interna de los personajes. Es cierto que la premisa plantea un desafío tan alto que casi todas las resoluciones -salvo una desaparición inexplicable de lo chicos- pueden parecer demasiado terrenales y pedestres. Es un problema que SEPTIMO no logra resolver del todo, por más esfuerzos que hagan Darín y compañía. Así, una gran primera mitad y una no tan lograda segunda parte logran, finalmente, dar con un entretenimiento pasable, pero no mucho más que eso.

NOTA: Resulta complicado analizar la película con mayor profundidad sin revelar al menos algunos de los secretos de la trama. Por eso invito a los que quieran debatir (con libertad de “spoilers”) esos secretos y la resolución de la trama, a hacerlo en los comments.