Séptimo

Crítica de Rodolfo Weisskirch - A Sala Llena

Llamen a Kurt Russell

En su autobiografía, Mientras Escribo, Stephen King admite que sus novelas menos exitosas fueron aquellas que se quedaron solamente en la premisa. O sea, cuando uno escribe lo primero que surge es una idea. Esa idea hay que saber como desarrollarla, para que la premisa no se convierta en toda la película en sí, y en caso de ser así, que el resto de la obra no sea una explicación de aquella premisa.

Pongamos un ejemplo concreto. Hace varios años, el aún ignoto Jonathan Mostow filma Sin Rastro, un interesante film con Kurt Russell, donde un hombre pierde a su esposa después de que ella va a buscar ayuda, tras un accidente que ambos tienen en la ruta. Cuando pasan varias horas y sin saber nada de su mujer, el hombre va a buscarla y las personas que supuestamente la ayudaron no se acuerdan de ninguno de los dos. La premisa era interesante ya que cuestionaba la propia realidad y estado mental del protagonista. ¿Hasta dónde está siendo engañado el personaje y/ o dónde comienza la manipulación hacia el espectador? Lamentablemente Mostow decidió virar hacia la solución más fácil y el final era el más coherente y verosímil que se podía encontrar en los manuales del thriller clásico hollywoodense. O sea, la premisa era buena, la resolución… básica...