El problema de la representaión
La representación y la subjetividad forman parte del núcleo conceptual de este documental, Seré millones, que se retrotrae con escaso material de archivo a los acontecimientos contados a cámara por sus propios protagonistas, bajo el pretexto de organizar y ordenar un casting con actores jóvenes para interpretarlos en una ficción.
Seré millones parte de la exposición del artificio en las primeras instancias de ese casting en el que Ángel Abus y Oscar Serrano, autores y artífices de uno de los robos más importantes durante la dictadura de Lanusse para financiar la guerrilla armada del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), eligen a sus potenciales actores representantes y, bajo otro recurso que tiene como objetivo transmitir a una generación ignorante de la historia de los movimientos sociales -o en este caso políticos- realizan lo que en su momento se llamó trasvasamiento generacional, método de reclutamiento practicado por el peronismo desde las bases hasta los cuadros para que éstos retransmitieran el mensaje a nuevas bases.
También el cine funcionaba por aquella época como herramienta de doctrina, información de aquellas asignaturas sociales que enfrentaban una feroz dictadura, que con el correr de los años lamentablemente se tiñó de sangre y desaparecidos dejando un tendal de muertos de un bando y del otro.
Los recuerdos arrastrados desde un pasado duro pero donde la utopía de un mundo más justo era el motor de la militancia socialista aparecen en los testimonios de los protagonistas, además de reforzar sus ideales en la actualidad para dejar al menos un legado o explicación de sus acciones al decidir llevar a cabo el robo en el Banco Nacional de Desarrollo en 1972 y, una vez perpetrado el atraco con un botín de 10 millones de dólares, emprender la fuga por varios años en la más absoluta clandestinidad.
Robar con fines solidarios resulta un acto de ciencia ficción para los tiempos que corren y jugarse la vida por una causa parece demencial hoy por hoy, pero esa historia existió con épica o sin ella y tuvo muchos protagonistas que no tuvieron la suerte de quedar en pie para transmitirla tras la derrota de la dictadura con la llegada de la democracia y ese punto tal vez es el que debe valorarse en este documental dirigido y guionado por Omar Neri, Mónica Simoncini y Fernando Krichmar, que funciona a medias desde la representación por estar viciado de subjetividad pero efectivo en la esfera emocional y humana.