Un paso para atrás
Como se anticipó hace dos años desde estas mismas líneas cuando el estreno en cine de “Sex and the City”, vendría la segunda parte. Y ahora llegó.
Todo lo que tenía de frescura, de gracia y de buenas resoluciones la primera película faltan aquí. Queda la sensación que la hicieron a las apuradas, produciendo un mal capítulo largo –casi dos horas y media– de la original serie de T.V.
En esta oportunidad, las “chicas” fueron resolviendo algunos temas. Carrie vive con Mr. Big, aunque con el acuerdo de no formar una familia. Charlotte tuvo dos hijas y su vida parece ser un caos ante los ojos de sus amigas. Miranda sigue siendo una workaholic y Samantha...qué decir de ella, sigue cómo siempre, y el film socarronamente se apoya en su papel para hacer y deshacer gags de dudoso gusto por la temática y por lo repetitivos, que hace mella en cualquier buena intención de la película.
Así como la serie original durante 6 temporadas, fue tan acertada cuando planteaba temas de las solteras de treintaypico, donde en el sexo, en las relaciones y en lo profesional se jugaba fuerte. Y en la primera película mencionada, estaban bien delineadas las desilusiones de cierta madurez y los pasos a seguir de las inseparables 4 amigas. Ahora no ocurre nada de todo eso.
En “Sex and the City 2”, gracias a Samantha, las chicas se van una semana a Abu Dhabi con todos los gastos pagos. En ahí donde, pasando de una Nueva York en crisis económica, ellas pueden darse todos los gustos a los que el consumismo las tiene acostumbradas. Pero su estadía está llena de chistes malos, situaciones absurdas, que a su vez satirizan al mundo árabe, tan lejano a las excéntricas prácticas de Samantha.
Sólo en algunas partes, cuando Carrie (Sarah Jessica Parker) y su voz en off intentan reflexionar cierta manera de vivir el matrimonio sin asfixiarse, viene un aire de las ideas originales de la serie. Pero, esto, lamentablemente, dura muy poco.
Se espera no haya una tercera parte.