Hay algo de esta divertida propuesta que recupera cierta ingenuidad presente en comedias de los años ochenta y noventa reforzándola con una mirada ácida sobre los vínculos y la preponderancia de la imagen.
En la historia de Renee (Amy Schumer) y el drástico cambio de vida que hace a partir de un accidente, el mix entre “Secretaria Ejecutiva” y “Amor Ciego” y la potencia de la protagonista hacen del film una agradable sorpresa. La disolución de la incorrección política juega en contra del cinismo inicial que presentaba.