Como en toda clásica película de artes marciales, la acción, lo místico y/o espiritual se encuentran reflejados en esta nueva película de Marvel. Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos (Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings, 2021) introduce al Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) un personaje poco conocido por quienes no son aficionados al mundo del cómic, que si bien debe cumplir con las expectativas de los “expertos” busca atraer a los “inexpertos” seguidores de la franquicia.
Aunque desde un comienzo se presenta la Leyenda de los Diez Anillos, la historia de Shang-Chi (Simu Liu) es explicada luego de ser atacado, mientras viaja en autobús con su amiga Katy (Awkwafina), y debe defenderse para evitar que le roben un collar que le regaló su ya fallecida madre. A partir de ese momento, la vida del personaje se transforma al decir viajar a Macao a buscar a su hermana Xialing (Meng’er Zhang) para protegerla de su padre Xu Wenwu / Mandarin (Tony Leung).
Al reencontrarse con el mundo del que había escapado durante su adolescencia, conocemos más la vida de un personaje que debe lidiar con la posibilidad de que su madre esté viva y por lo tanto ir a rescatarla con su padre; además de adentrarse en un mundo de dragones y fantasía, donde Shang-Chi, Katy y Xialing intentarán evitar que un milenario monstruo sea liberado.
La película de Destin Daniel Cretton cumple satisfactoriamente lo que se propone y utiliza al personaje de Wong (Benedict Wong), ayudante de Doctor Strange, para enlazarlo al desafiante universo creado por Marvel. Como no podía ser de otra forma, las escenas pos créditos ilusionan al espectador con futuras apariciones del personaje en el UCM y ahora solo queda esperar hasta diciembre para el estreno de Spider-Man: Sin camino a casa (Spider-Man: No Way Home).