Una absoluta delicia
La oveja Shaun está basada en una serie de televisión animada mediante la técnica conocida como stop-motion. La serie, de origen británico, y producida por la Aardman Animations se emitió por primera vez en CBBC en marzo de 2007. Los personajes de esta serie, que constaba de cuatro temporadas de ciento veinte episodios en total, aparecieron por primera vez en 1995 en un cortometraje de Wallace y Gromit, que en Argentina se tituló Wallace & Gromit: una afeitada al ras.
Era lógico pensar que de un tiempo para acá se debía producir el salto a la gran pantalla, sobre todo porque hablamos de unos personajes muy populares gracias al merchandising (lo que se viene a conocer como universo oveja, con especial atención al bebé Timmy, siempre pegado a su chupete; su mamá, fácilmente reconocible porque siempre lleva rulos; Shirley, la oveja más grande y gorda del rebaño; El Dúo, dos ovejas que siempre aparecen juntas, y como no Bitzer, el perro ovejero y mejor amigo de Shaun).
¿Y qué es esto de la stop-motion? Pues no se trata de dibujos animados tal y como los conocemos tradicionalmente, sino de fotografías de un objeto físico (en nuestro caso figuras de ovejas) que se modifican levemente entre fotogramas, y luego, al juntarlas todas, dan la apariencia de que se mueven. El estudio Aardman se especializó en este tipo de animación utilizando como elemento principal la plastilina (lo que se conoce como claymation).
En una época en la que lo que prima son los efectos especiales por computadora, y la aplicación de las últimas tecnologías animadas dan como resultado que en ocasiones tengamos la percepción de acudir más a un parque temático que a una sala de cine es necesario alabar la dura y artesanal labor de una productora que apuesta por un tipo de animación mucho más tradicional.
Y es que algo de especial tendrá esta Compañía cuando el propio Hayao Miyazaki, director de El viaje de Chihiro (2001) y otras joyas animadas, se ha declarado fan confeso admirador de todas sus producciones, destacando sobre todo su elegancia y el sofisticado humor británico que destilan sus trabajos. La oveja Shaun es una delicia animada llena de ingenio y escenas hilarantes; una auténtica metralleta de gags y referencias al slapstick más clásico, basada en una narración completamente visual y carente de diálogos. Logra arrancar la carcajada en más de una ocasión, lo que en estos tiempos que corren de comedias para el bostezo ya es todo un logro.
La premisa desde la que parte el desarrollo argumental es tan simple como efectiva: la oveja protagonista decide tomarse el día libre, cansada de la rutina diaria de la granja en donde vive, pero las cosas se complicarán cuando por una serie de casualidades el pastor que las cuida acabe perdido en la gran ciudad. La acción y la diversión están servidas, con un puñado de ovejas recorriendo la urbe intentando pasar desapercibidas. Una historia encantadora llena de corazón y de humor, accesible y disfrutable para todo tipo de público.