Saber entretener
"Shaun, el cordero" es una de esas películas de animación a las que el espectador en general le tiene poca confianza. Suele no atraerle el hecho de que sea filmada en stop motion (animación de imágenes fijas sucesivas) y que no sea de un estudio conocido por estos lares como Pixar, Disney Animation Studios o Dreamworks. En este caso el estudio de animación es Aardman Studios, que tiene su reconocimiento mayor en Europa y que son del Reino Unido. Han sido los responsables de otro buenos títulos como "Pollitos en fuga", "Wallace & Gromit" y "Pirates". En esta ocasión vuelven con una historia buenísima que se vale de su creatividad, ritmo y gestualidad para mantener deleitados a espectadores de todas las edades.
El argumento de la película es simple, pero universal. Apela a valores sanos como la amistad, el trabajo en equipo, el valor del hogar y el respeto a las responsabilidades que tenemos sobre los demás. Todo lo logra con un uso de la narración que se nota está muy bien pensado y planificado. El film es mudo y sin embargo comunica muy claramente la historia que quiere contar y el mensaje que quiere dejar en el público. Esto es muy bueno para el cine de animación pero no tanto para los estudios competidores ya que demuestra que con un presupuesto moderado, una excelente técnica de animación basada en la vocación pura de los artistas y un argumento sustancial bien planificado, se puede entregar una película de calidad que además entretenga mucho. Es una pena que este tipo de animaciones no tenga mucha publicidad en nuestro país y pasen bastante desapercibidas. Ojalá la gente se le anime y recuerde que no sólo los tanques como Pixar o Disney ofrecen buenos productos animados.
"Shaun, el cordero" es un entretenimiento al cual darle una oportunidad sólo para confirmar que muchas veces lo bueno viene en empaque chico. Muy divertida y llega a tocarte de una manera que te conecta al 100% con ella.