Si hay un universo del que no se tiene certeza alguna de lo que va a pasar en lo inmediato, es el de DC. Con despidos, reinicios y continuaciones viviendo en simultáneo, llega a nuestros cines ¡Shazam!: la furia de los dioses, secuela de la mediocre y regulera Shazam. Veamos si esta segunda parte mejoró en algo.
Volvemos a ver a Billy Batson, quien ya convive armónicamente tanto con su nueva familia, como con los poderes que comparte con la misa. Pero un error del pasado tendrá consecuencias ahora, cuando las hijas de Atlas busquen recobrar sus poderes y de paso, vengarse contra la humanidad.
Como habrán intuido en el primer párrafo, la primera entrega de Shazam en el cine me gustó muy poco; en especial, por la nula coherencia que había entre el Billy niño con el Billy superhéroe, siendo este último insoportable, y además encarnado por un actor que no me resulta gracioso. Y si a eso le sumamos que como cinta de superhéroes en sí era un poco genérica, mal vamos. Y por desgracia, o por suerte (si les había gustado), esta segunda parte es bastante continuista con su predecesora.
Así que otra vez tendremos una película plagada de chistes que, dependiendo del criterio de cada uno, funcionan o no (en mi caso, la sala estaba muerta) y alguna que otra escena de acción que corta con tanta comedia. Pero ahora con el aliciente de que por la mitad, literalmente no pasa nada, al grado de escucharse varios bostezos. Esto es sinónimo de que el ritmo de ¡Shazam!: la furia de los dioses es bastante irregular, con algunos momentos de sopor, y otros de bastante adrenalina.
Porque si, esto no se puede negar, en el tramo final, la película levanta bastante, y si bien no presenta nada que no se haya visto antes, no se puede negar que la cosa se pone entretenida, al grado de importarnos si nuestro protagonista muere o no, y eso también es síntoma de que por momentos, hay cosas destacables dentro del mar normalidad que presenciamos.
También toca hablar un poco de los efectos especiales, algo casi obligatorio en el subgénero de superhéroes. Por momentos se ve muuuuuuy bien, y el diseño del dragón que se ve en el trailer es espectacular. Pero en otras escenas, tanto las caras o como el “pegado” de los actores con el fondo, nos hace acordar bastante a los peores momentos de la competencia de DC.
En conclusión, ¡Shazam!: la furia de los dioses es una película regular. Por momentos aburre bastante, pero cuando se pone buena, lo es. Después dependerá de cada uno si entra en el humor que propone, o que tanto la va a recordar con el paso de los días.