Shazam!

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

La era depresiva de Zack Snyder en DC habrá terminado pero el nuevo rumbo que propone Warner con esta franquicia tampoco es muy superior. Los argumentos que se utilizan para ensalzar esta película en las críticas se relacionan con el hecho que tiene humor y es entretenida; dos cuestiones que no puedo refutar.
En efecto, si sirve de consuelo, Shazam es mucho más amena que el Escuadrón Suicida y tiene un montón de chistes, sin embargo, no deja de ser también una producción de medio pelo, con serios problemas de identidad en su narración que ofrece un espectáculo olvidable.
El caso de este personaje era complicado.
Nos encontramos ante un superhéroe que se quedó estancado en los años ´40, se peina como Carlos Gardel, viste unas mallas rojas ajustadas, botas amarillas y una capita que le llega hasta los hombros. Por no mencionar que su frase de cabecera es “Holy Moley”.

En los 80 años de vigencia que tiene el personaje fueron muy pocas las ocasiones que pudo brindar relatos interesantes en los cómics, ya que a los artistas de DC siempre les costó reinventarlo en un contexto moderno.

El escritor Geoff Johns, quien restauró la dignidad perdida de Aquaman en el 2011, también rescató la figura de Shazam hace poco en una nueva interpretación que es la fuente de inspiración de esta producción. Los primeros 30 minutos de este film son realmente muy buenos (es justo mencionarlo) y de hecho calca situaciones y diálogos de las últimas historietas que se hicieron con este superhéroe.
Asher Angel compone un excelente Billy Batson (mucho más simpático que el del cómic) y el casting de los huérfanos que acompañan al protagonista fue brillante. Eso también se lo reconozco al film.
Cada uno de los chicos encarnó a la perfección los roles de la historieta y Jack Dylan Glazer se destaca como Freddy Freeman, el clásico compinche del protagonista. La buena química que tiene Glazer con Asher y Zachary Levi en más de una ocasión levanta muchísimo esta propuesta.

El director David Sandberg (Nunca apagues la luz) tuvo la intención de desarrollar esta producción como una especie de Quisiera ser grande con superhéroes. Algo que tiene sentido ya que en cierto modo ese es el concepto de este personaje.
Shazam no es otra cosa que un hombre poderoso con la mentalidad de un chico de 14 años.
La idea era buena pero la ejecución resultó completamente fallida y esto para mi afectó bastante al film.
La gracia de Quisiera ser grande era que la interpretación de Tom Hanks te hacía creer que era un chico adolescente y su labor estaba en perfecta sintonía con el protagonista juvenil que se presentaba al comienzo.
Por el contrario, en Shazam hay una incoherencia absoluta entre la personalidad de Billy Batson y la que tiene el superhéroe .
Billy es un chico bastante lúcido e inteligente, con una historia de vida fuerte y cuando
se transforma en Shazam pasa a convertirse en un completo idiota que parece pertenecer a una película diferente. Zachary Levi trabaja en un film aparte donde se nota un esfuerzo descomunal por ofrecer una historia graciosa, como tal vez designaron los estudios de marketing de Warner.

Cada vez que el superhéroe se transforma en Billy Batson la película cambia radicalmente de tono y no termina de quedar claro cuál es la verdadera versión del director.
Por un lado tenés un film atractivo (todas las secuencias con Batson y los huérfanos) que evoca el cine de fantasía y aventuras de los ´80 y después está la sitcom de Levi que parece salida de un sketch del programa de Jimmy Fallon y es otra producción aparte.

Durante el desarrollo de la historia Shazam no tiene otra finalidad que ser usado como un Deadpool Pakapaka para rellenar la trama con situaciones graciosas. Hay chistes que funcionan bien y otros entran en el terreno de lo patético, como una referencia que incluyeron a Rocky Balboa

No hay mucho más que eso.

Sandberg no hace absolutamente nada con la exploración del mundo de la magia y la mitología griega con la que se relaciona el superhéroe porque todo se desarrolla a través de un espectáculo bastante tonto, dirigido al público infantil. Inclusive como sátira del género es completamente inepta y atrasa 20 años.
Por el lado del villano, Mark Strong vuelve a quemarse otra vez con un rol muy pobre como ocurrió en Linterna Verde. No obstante la culpa no es de él.
La narración de Sandberg no le da ningún espacio para trabajar al Doctor Sivana que tiene apariciones muy limitadas y tampoco aporta nada relevante.
Por el lado de los aspectos técnicos nos encontramos ante una película genérica y chata que no hace el mínimo esfuerzo por ofrecer alguna secuencia de acción decente con la figura de Shazam.
El hecho que Sandberg trabajó con la mitad del presupuesto de James Wan en Aquaman no es una excusa sólida para justificar su falta de creatividad e ingenio en el campo de la acción.
Hasta la serie de televisión Arrow presentó mejores persecuciones y peleas.
El enfrentamiento final del héroe con los villanos parece salido de un capítulo de los Power Rangers de los años ´90, que por lo menos le ponían más emoción. Hay otras grandes decepciones con esta propuesta pero entran en el terreno de los spoilers.
Por estos motivos, cuando pensás la película más allá de los momentos graciosos, el resultado final es bastante flojo. Obviamente si recordás que de la mano de Zack Snyder Wonder Woman hubiera muerto en su segunda aparición en la Liga y Superman tras resucitar luego de su innecesaria muerte se hubiera convertido en un villano manipulado por Darkseid a Zachary Levi le tenemos que dar un abrazo.
Si hay que escoger el mal menor no dudo en quedarme con el Deadpool Pakapaka o el Aquaman Thor de Jason Momoa que por lo menos le ponen más onda.
Sin embargo no alcanza.
Esto es DC y el gigante sigue dormido porque el estudio Warner está completamente perdido con el género de superhéroes. Esa es la verdad que no te van a contar los fans obsecuentes de la compañía, que defienden cualquier cosa que haga el estudio, porque entienden que la editorial es un club de fútbol.
En fin, de esta propuesta me quedo con todos los momentos de Billy Batson y los huérfanos y no hay mucho más para rescatar. Tampoco es una película mala pero al igual que las entregas de Ant-man, que también fueron entretenidas, queda en el olvido poco después que abandonaste el cine.