“¡SHAZAM!” es la palabra mágica que nos lleva a un universo que no se toma muy en serio a sí mismo y que con mucho corazón y algo de impulsividad aprovecha el género superheroico como para hablarnos acerca de la amistad y la familia.
Título original: ¡SHAZAM! Año: 2019 Duración: 132 min. País: Estados Unidos Dirección: David F. Sandberg Guión: Henry Gayden, C.C. Beck, Bill Parker Reparto: Zachary Levi, Jack Dylan Grazer, Mark Strong Productora: Warner Bros. Fecha de estreno: Abril 2019
Quisiera ser héroe
La palabra mágica enunciada en voz alta convierte al rebelde adolescente huérfano Billy Batson, en un campeón místico con superpoderes, capaz de competir hasta con el mismísimo Superman. Hay incontables maneras de poder presentar esta historia en el cine ¿Como decidieron hacerlo en esta oportunidad?
¡SHAZAM! parece ser una sitcom en formato de película de superhéroes. Moviéndose entre chistes fáciles de digestión rápida esperables de la edad del pavo, sólo le faltan las risas grabadas como para completar el combo. Con sus influencias muy bien definidas y astutamente homenajeadas, destila mucho de la esencia del cine shampoo ochentoso nunca tomándose en serio a sí misma.
Pero fundamentalmente se trata de una Buddy movie que habla sobre la amistad y el concepto de familia. No importa tanto el rollo superheroico. No es tan interesante este coloso que puede romper el concreto de un puñetazo e invocar al trueno. Lo interesante es su “niño interior” Billy Batson y su búsqueda de una familia. No hay un mundo al que salvar, el único mundo que importa y está en peligro es el de Billy y los suyos.
Por eso en realidad tampoco narrativamente se hace foco en el protagonista sino más bien en la relación que tiene con su familia y primordialmente con su amigo Freddy Freeman. Quien resulta un geek comentarista experto en lo que a superhéroes se refiere y puntal en el que se apoya la gran cantidad de referencias, chistes y parodias respecto al género superheroico presentes en la historia.
Más que un análogo de Superman que de manera impresionante sobrevuela por los aires a toda velocidad hasta alcanzar la estratósfera, SHAZAM nos recuerda a un Spider-Man que más llano, camina por las calles de su barrio suburbano, siempre con una actitud de continuo asombro e incredulidad. Aunque a diferencia de nuestro amigable vecino neoyorkino, este lo hace por las calles de la Filadelfia de Rocky Balboa, pavoneándose en su traje escarlata y exhibiendo su gran porte y musculatura.
Hola!
El conflicto fantástico de la historia no podría ser más sencillo y genérico. Y las motivaciones del malo son tan simples que terminan siendo totalmente olvidables, más allá del evidente esfuerzo de ciertas escenas que parecen agregadas forzosamente, como para resaltar la figura del Dr. Sivana, como previendo que iba a pasar esto.
Como punto flojo encontramos que el Dr. Sivana no logra destacarse en la película. El gran némesis de nuestro héroe en los cómics es un brillante científico loco al que se podría haber caracterizado como tal e incluso ridiculizar (esta es otra característica fundamental del personaje) pero en lugar de eso nos encontramos con un super tipo al que es difícil erigir como contrapunto intelectual malvado frente a nuestro bonachón superhéroe. Se intenta que resulte aterrador pero apenas es una mera excusa para que el protagonista tenga alguien contra quien pelear.
Además, a veces la cantidad de chistes en la película puede resultar excesiva, algunos de estos malos y también descontextualizados, así como la insistencia de mostrarnos al Billy transmutado en adulto como un niño asombrado con sus superpoderes que todo el día está tonteando.
Pero somos indulgentes con este último punto ya que se comprende la intencionalidad de la película. Los chistes que sí entran bien, resultan realmente graciosos y los personajes principales en Shazam son entrañables. Si la idea es no tomarse nada muy en serio, se comprende que se incurra en ciertos excesos “típicos de la edad”.
La película por momentos se comporta como si fuera un adolescente impulsivo que no piensa en las consecuencias de sus actos, especialmente en cuanto a imaginarse dentro de un universo compartido.
Impulsivo e impune
No tomarse en serio a sí misma es el gran acierto de ¡SHAZAM!. Zack Snyder va por la dirección totalmente contraria a la que tenía en mente y pudo expresar en sus películas anteriores (Man Of Steel, Batman v Superman y Justice League),para este universo compartido nos hace recordar cual es la verdadera esencia de un superhéroe. Una más cercana a el color, la credulidad y la aventura que a la acción inconmensurable y a la épica descorazonada.
En Shazam hay poco para destacar individualmente a nivel cinematográfico. Por ejemplo decir que la mano en la dirección de David F. Sandberg se mueve de manera más o menos orgánica, y que la actuación de Zachary Levi es funcional a lo que este requiere. Por su parte Mark Strong está siempre correcto, no siendo culpable del papel poco destacado del Dr. Sivana en la película.
En definitiva: ¡SHAZAM! es una película ligera que irrumpe de modo bastante impune en lo que al género se refiere. Un descanso risueño en épocas en donde cada vez nos cuesta más impresionarnos con la épica, que resulta en un film que logra cumplir con su noble objetivo de hacernos pasar un buen rato en el cine.