Tiene la irreverencia de un Deadpool, pero mucho menos zafado. O un Iron Man de la primera época, o hasta la inocencia del Batman de televisión.
Porque Shazam no es un ave, no es un avión, ni es Superman. Es… Shazam.
Y esta nueva película de DC Comics, que tiene más que potencial para transformarse en una exitosa y divertida saga, posee también algo indispensable en una trama con superhéroe incluido: cierta magia al confluir un Quisiera ser grande (y hasta hay un guiño u homenaje a la película con Tom Hanks) con, precisamente, un superhéroe onda años ’50.
Y porque también es un filme sobre un héroe y un superhéroe, que convergen en uno.
En lo básico, un antiguo mago transforma a un adolescente con problemas en un superhéroe. Pero mejor analicemos qué hace a ¡Shazam! un filme tan ocurrente y entretenido, que por momentos se vuelve irresistible.
Billy Batson es un niño/adolescente (un Asher Angel sencillamente estupendo) que es abandonado por su madre en una feria de atracciones cuando es muy pequeño. Tras pasar y escapar de varios hogares de adopción, Billy termina en un hogar junto a otros huérfanos, inadaptados pintorescos por decir lo mínimo. Y comparte cuarto con Freddy (Jack Dylan Grazer, Eddie en It), quien sufre una discapacidad y es quien le enseña todo el mundo de los superhéroes.
Algo que le viene bárbaro a Billy, porque muy pronto será “absorbido”, arrastrado o como quieran interpretarlo por un mago negro y barbudo (Djimon Hounsou), quien busca “un alma digna” para convertirlo en el personaje del título, y así combatir a los siete pecados capitales, que estarán dentro del villano Dr. Thaddeus Sivana (Mark Strong), un hombre despiadado hasta para vengarse de su padre y de su hermano mayor… Y así también Shazam será una especie de Superman con pelo lackeado bien negro, cuerpo musculoso y hasta con capa al viento, en el que Billy se convierte al pronunciar “¡Shazam!”, y vuelve a su cuerpito adolescente diciendo la misma palabra.
La dupla de Billy/Shazam con Freddy es casi de antología. Es en sus diálogos y situaciones, enfrentando a otros chicos que le hacen bullying a Freddy o a ladrones, donde la frescura logra enternecernos y saltar bien alto en nuestra consideración.
Porque ¡Shazam! es cero pretenciosa, hasta en su ideal del humor más simple, banal o sin rebuscamientos.
Lo dicho: Zachary Levi, Asher Angel y Jack Dylan Grazer le devuelven al universo de DC Comics un crédito que algunas películas adaptadas recientemente de su catálogo no estaban mereciendo. A no arruinarlo en próximas entregas.