Robert Downey Jr. y Jude Law vuelven a interpretar a Holmes y Watson en esta segunda entrega que presenta un giro interesante en comparación con su predecesora.
Tengo que admitir que la primera no fue mucho de mi agrado, ya que el malvado no representaba desafío para el intelecto de Holmes, pero en esta segunda parte esto ha cambiado haciendo que la trama se vuelva más que interesante y atrapante.
El film arranca poco después de finalizada la entrega anterior con un Watson que finalmente ha decidido casarse y un Holmes que no ha podido sacar de su cabeza al Profesor Moriarty, volviéndose prácticamente su obsesión. Es así, poco después de que Moriarty decide tomar parte del juego para llevara cabo su plan, que el film cobra un tinte interesante respecto a la historia.
Sherlock se ve sumergido de repente en un caso atípico porque él ya conoce, o por o menos así lo cree, quien es el culpable de todo y su misión será entonces encontrar pruebas que justifiquen sus sospechas. Moriarty representa exactamente lo que Sherlock Holmes necesita, un desafío, ya que el profesor está al mismo nivel intelectual y de planeación, con una frialdad a la hora de pensar que se asemeja a la de Holmes. Es así que la lucha será entre ellos por ver quien puede adelantarse al otro en la sucesión de hechos.
Si bien el film, dirigido por Guy Ritchie, cuenta con un variado elenco, podemos decir que más que nada se centra en Sherlock Holmes, John Watson y el profesor Moriarty. La relación e historia desarrollada por esos tres personajes es la que nos atrapará en el film y la más importante de ella.
Jared Harris es un excelente Moriarty y si bien Jude Law está a la altura, quien nos termina atrapando nuevamente es Robert Downey Jr. en su interpretación poco tradicional de un excéntrico Sherlock Holmes. También, pese a que tiene breves momento, vale destacar la actuación de Stephen Fry (Mycroft, Hno de Sherlock) quien pone su cuota de comedia al film.
Definitivamente es una buena opción entre lo estrenos, más teniendo en cuenta la mejora respecto a la anterior entrega. Ese circulo vicioso que conforman Holmes y Moriarty puede volverse nuestra obsesión y cautivar nuestra atención, haciendo que de a poco nos esganchemos y tomemos partido por alguno de los personajes.