Sherlock Holmes: Juego de sombras

Crítica de Alexander Brielga - Cine & Medios

Sombras, nada más

Si algo funcionó, entonces mejor no cambiar. O en todo caso, tal vez, exacerbarlo un poco. Con esa premisa Guy Ritchie lleva adelante esta segunda aventura del detective inglés protagonizado por Robert Downy jr., y bien acompañanado por Jude Law.
Aquí se ve a un Holmes más desquiciado y desopilante que en la anterior película, nuevamente hace uso de su peculiar percepción para encarar una pelea y sus discusiones con Watson son más extremas, como la acción que propone el filme.
El problema radica en el escaso interés que provoca un caso bastante débil contrapuesto con una acción excesiva que no consiguen amalgamarse del todo. Como resultado obtenemos algunas secuencias algo morosas que solo se salvan por la química de sus protagonistas.
Downey y Law forman una pareja preparada para lucirse hasta en la comedia más sofisticada, y aquí hacen su show propio que deja en segundo plano a la aventura.
Como en el primer filme, el trabajo de producción y dirección artística es destacable, como así también los efectos especiales.