No tan elemental...
Si piensa encontrarse con el viejo Holmes de las novelas de Conan Doyle, debo decirle que acá no está. En cambio le diré que se va a encontrar con el gran Robert Downey Jr. dando vida a un Holmes de mediana edad, atlético, irreverente mas tan observador e inteligente como el clásico personaje literario. Está acompañado por Watson, interpretado por el talentoso Jude Law y si le sumamos al siempre efectivo Marc Strong como el siniestro Lord Blackmore, entonces tenemos lo necesario para que el director Guy Ritchie se permita presentar un filme que es puro entretenimiento, con intérpretes de calidad.
Todo comienza con el arresto de Lord Blackmore, acusado de practicar magia negra y realizar rituales de sacrificio en lo que mataba personas. Holmes continúa investigando al extraño sujeto quien le manifiesta intenciones difíciles de comprender logicamente, aún luego de que el reo sea ejecutado por la ley. Lo que sigue es un festival de acción y aventura, con las vueltas de tuerca propias del género, un poco en solfa, sin solemnidad alguna, con aciertos de Ritchie en la dirección -como las escenas donde Holmes prevé la manera de enfrentar a sus contrincantes en lucha- y una excelente dirección de arte para contextualizar al héroe en la época victoriana.
La banda de sonido a cargo de Hans Zimmer subraya acertadamente cada escena y acompaña en la secuenca de títulos final la sensación de haber disfrutado de buen rato de esparcimiento, al tiempo que nos da ganas de ver la secuela que desde la pantalla se promete.