Esta biografía de la singular escritora de terror Shirley Jackson trasciende la noción que tenemos del género biopic. Estrenada por primera vez en el Festival Sundance de 2020, en donde se alzó con el premio a Mejor Cine de Autor, se trata del primer abordaje cinematográfico a una figura de relevancia en el presente, gracias al éxito que tuviera la serie de Netflix “La Maldición de Hill House” (2019), clásico del que Jackson es autora. Martin Scorsese produce la cuarta película de la cineasta Josephine Decker, a través de cuyo metraje se filtra el erotismo y el misterio, como elementos preponderantes que orbitan alrededor de una figura de culto que inspirara a generaciones posteriores. “Shirley”, nace a partir de un guion de Sarah Gubbins, basada en la novela del mismo nombre, autoría de Susan Scarf Merrell, que parte desde una premisa ficticia, en tiempos donde Jackson se encontraba escribiendo “Hangsaman”. Las creaciones literarias de la cuentista y novelista indagan en la idea de la decadencia humana, extrayendo extrañeza de la común y corriente cotidianeidad. Tomando una página del libro de su inagotable creatividad, Decker apropia dichos valores, delineando personajes tridimensionales y prefiriendo un estilo introspectivo que captura la esencia del horror cotidiano circundante. La mente suplica por un auxilio que nunca llega; el peligro es intangible. Un subtexto siniestro evoca el más puro terror. Percibimos a una escritora rozando el nivel de locura a la hora de visualizar a su próxima criatura; acaso tomando el lugar de médium que exterioriza los conflictos de sus propios personajes. Material fértil para su inagotable obra.