Es una gran pena que el abuso en la búsqueda del efecto inmediato cause que esta película pierda gran parte de su fuerza. El principio es simple –y hitchcockiano–: una mujer sola en una gran casa padece agorafobia, y tres intrusos invaden el lugar. Daba para una pequeña gran película (como la memorable “No respires”, del año pasado) y se queda en una promesa que se cumple sólo ocasionalmente.