A sus 17 años, Mía sólo piensa en su futuro con la música clásica y en su novio Adam. Pero su vida tendrá un giro inesperado cuando sufra un accidente automovilístico junto a su familia. Siendo la única sobreviviente, Mía está en coma y en un estado crítico, pero su alma puede ver todo lo que sucede con quienes aun están vivos y debe tomar una decisión: quedarse o seguir su camino.