Entre dos mundos
Mia (Chloë Moretz) tiene 17 años y muchos planes por delante. Una tarde va con su familia en el auto hacia la casa de sus abuelos y sufren un terrible accidente. Mia se despierta en la nieve y se ve a sí misma siendo atendida por los paramédicos, se ha quedado en una especie de limbo en el que puede ver lo que sucede a su alrededor, pero nadie puede verla. Al salir de una complicada cirugía, una enferemera le susurra al oido que ahora todo depende de ella, que tiene que pelearla y que de ella depende si decide quedarse o dejarse morir.
El panorama no es muy alentador, Mia recorre el hospital viendo lo que ha pasado con su familia, pero también ve a los amigos que la visitan y la cuidan; la vida no va a ser la misma si despierta, pero a través de recuerdos y recorriendo partes de su vida, Mia podría encontrar razones para quedarse. Así la película relata como Mia llegó a este mundo con padres bohemios y cómo se dedicó a la música desde pequeña convirtiéndose en una talentosa concertista de violonchelo, y cómo su mundo de música clásica colapsó el día que conoció a su novio, un cantante de rock, con una banda en ascenso.
Si bien la esencia de la historia podría ser bastante filosófica -cómo la vida cambia en un segundo y si todo lo que hemos construido será suficiente para sostenernos en los momentos difíciles-, la película es un drama romántico para adolescentes. Por eso el director elige deliberadamente tratar el tema filosófico de forma superficial para ahondar en el melodrama juvenil, y así la relación entre Mia y Adam (Jamie Blackley) pasa a ser el eje de la película, entonces el dilema ya no pasa por qué es lo que vale la pena para seguir vivo, sino que todo gira alrededor de los mundos diferentes de los que vienen los enamorados, y si la relación soportará los compromisos musicales de ambos.
Chloë Moretz tiene el suficiente carisma y talento como para ser más que una estrella adolescente, por lo que es capaz de llevar muy bien tanto las escenas románticas como las más dramáticas; ninguno de los actores desentona, por el contrario, Mireille Enos y Joshua Leonard interpretan un matrimonio que todos quisiéramos tener como padres.
Con hermosas caras jóvenes, y Portland lleno de nieve como escenario, esta película es bastante más que una teen movie, el dilema de la protagonista es realmente complicado y vale la pena ver casi dos horas de película para, de yapa, escuchar una hermosa versión acústica de "Today" de los Smashing Pumpkins.