En la vida a veces tomamos decisiones y a veces las decisiones te definen, en tan sólo un instante que lo cambia todo. Ésta es justamente la premisa de la adaptación cinematográfica de la exitosa novela homónima escrita por la autora Gayle Forman, un libro que -al igual que “Bajo la Misma Estrella de John Green- ha atrapado a lectores jóvenes (y también adultos) con una historia de amor dentro de un contexto que desarrolla el significado de la vida y la muerte.
Este primer largometraje del realizador R.J. Cutler (director de varios documentales, episodios de series y productor ejecutivo de la exitosa “Nashville”) es, por supuesto, un drama melodramático que nos cuenta la historia de una tímida adolescente de 17 años llamada Mia Hall (interpretada por Chloë Grace Moretz), una chelista prodigio que dedica todo su tiempo a este instrumento, algo que la retrae de otras actividades. Ella misma se autodescribe como un “pez fuera del agua”, tanto en su familia como a la hora de relacionarse con gente de su misma edad, producto de su forma de ser y sus gustos musicales (es fan de la música clásica).
La trama toma lugar en Portland (Oregon), donde la protagonista vive junto a su padre Denny (Joshua Leonard), ex baterista de una banda punk, su madre Kat (Mireille Enos de la serie “The Killing”) y su hermano menor Teddy (Jakob Davies). Ni bien se inicia el film, vemos a una Mia ansiosa por la llegada de la carta de aceptación del prestigioso conservatorio Julliard para saber si ingresa o no, lo cual la obligará más adelante a elegir entre el perseguir su carrera musical o seguir un camino diferente y quedarse con el amor de su vida, Adam (papel a cargo de Jamie Blackley), un muchacho guitarrista que conoce en la escuela secundaria.
Ésta es -hasta el momento- su decisión más difícil hasta que lo terrible que también forma parte de la vida la lleva a enfrentar una elección mucho más crucial cuando sufre un accidente de auto en el que toda su familia muere menos ella, que queda en coma. Debe elegir si vivir huérfana en un futuro incierto o dejarlo todo -incluso el amor que siente por Adam- y morir, por lo que a lo largo de la película la vemos deambulando por el hospital en el que está internada.
Al tiempo que experimenta lo que se conoce como una “experiencia extracorporal”, y es testigo de todo lo que sucede a su alrededor con sus abuelos (Stacy Keach y Gabrielle Rose) y su mejor amiga Kim (Liana Liberato), quienes desean su recuperación, Mía contempla los eventos de su pasado (lo cual vemos mediante flashbacks) para encontrar razones para decidir si quedarse o irse.
Es así que la película comienza mostrarnos cómo llegó a este mundo con padres bohemios, cómo fue que desde pequeña se enamoró del violonchelo a primera vista, pasando por vivencias junto a su familia que le dio todo y que la impulsó a continuar con su amor por la música, hasta el inicio de su relación con su novio, miembro de una banda de rock en ascenso y los problemas que ésto conlleva en términos de conciertos, fans, giras, etc, etc.
Si bien al comienzo la trama filosófica parece interesante, luego decae para centrarse únicamente en la historia de amor. Y la elección de Mía pareciera que sólo depende de esta situación; si ella y Adam podrán continuar juntos si despierta, ya que ambos desean perseguir sus respectivas carreras.
La elección de Cutler fue definitivamente atraer a un público demasiado teen y ajustarse a eso a la hora de estructurar el desarrollo de “Si Decido Quedarme”, una propuesta cuyo objetivo -dada su puesta en escena- es hacernos lagrimear (y conmigo lo logró únicamente en la escena del gran Stacy Keach que te parte el alma). Aclaremos que la película no es del todo mala, pero creo que se pasa de metafórica y melosa.
Lo rescatable aquí, además de la fotografía y la banda de sonido, es todo el elenco (cuya química traspasa la pantalla) y por supuesto la protagonista absoluta de esta historia. La carismática Chloë Grace Moretz, quien con sus 17 años, aquí afronta su primer papel un poco más maduro.
Esta gran actriz que demostró sus habilidades actorales en la serie “Dirty Sexy Money” y las películas “El Ojo del Mal”, “Kick-Ass 1 y 2”, “Déjame Entrar”, “La Invención de Hugo Cabret”, “Sombras tenebrosas” y “Carrie” (cada uno dentro del contexto interpretativo que le tocaba), es quien lo da todo en las escenas románticas y dramáticas (aunque en una haya sobreactuado, la perdonamos) y hace llevadero este dramón.