No hace falta esperar más de cinco o seis minutos para descubrir que el humor aquí desarrollado no se aleja del presentado en gran parte de las películas de Hollywood de los últimos años, al mismo tiempo que el espectador se da cuenta de que no está presenciando una cinta que no entra en situaciones y en lugares trillados ya vistos muchas veces. Pese a que son muchos los momentos en los que se llama a la gracia fácil, a la previsibilidad y a la vulgaridad para demostrar algún sentimiento o emoción de los personajes, la propuesta va mejorando mientras los minutos van pasando, convirtiéndola en una entretenida, pero fallida, comedia.