Esta secuela de Sicario, de Dennis Villeneuve, retoma a los personajes de Josh Brolin y Benicio Del Toro y los vuelve a enfrentar con los carteles mexicanos. El conflicto inicial es el tráfico de personas a través de la frontera de México y Estados Unidos, con una serie de ataques del terrorismo islámico. La película dirigida por Stefano Sollima esta definida por la ambigüedad: contiene tantas críticas sobre la forma norteamericana de lidiar con ciertos problemas y las acciones particulares de sus protagonistas como momentos en los que los pinta con una pátina de heroísmo hollywoodense. Oscura, violenta, entretenida, la película brilla con fuerza en los momentos en que se acerca al western.