Sicario sin Villeneuve
"Sicario: Day of the Soldado" es una buena película cuyo mayor defecto es no tener a Denis Villeneuve en su dirección. En cierta forma es una decepción, porque "Sicario" había sido sin dudas una de las mejores propuestas del 2015 y puso la vara muy alta para su continuación. Lamentablemente el director Stefano Sollima, no logra emular la trascendencia de la trama, ni el clímax de su antecesora, entregando un buen thriller de acción y drama, entretenido y que vale la pena ver, pero no llega a obtener ni cerca ese status de "peliculón" que sí pudo lograr el director canadiense.
¿Cuáles son los aspectos positivos de esta nueva entrega que justifican el ticket del cine?
En primer lugar nos trae nuevamente a la acción a dos personajes espectaculares y complejos que merecían cobrar mayor protagonismo. Josh Brolin como el agente inescrupuloso del servicio de inteligencia americano Matt Graver y Benicio del Toro como el sicario más áspero del cono norte, Alejandro. Ambos hacen un muy buen trabajo interpretativo en sus roles y se perfilan como la dupla que debe cerrar la trilogía que está planteada para esta saga. Brolin aparece por primera vez en escena con la melena, la barba y la presencia del mismísimo Mufasa en "El Rey León", mientras que cuando emergen las palabras "sucio" y "sin límites" se hace presente Del Toro, el sicario que hace parecer Rambo a la Caperucita Roja. Otro aspecto positivo de esta secuela es nuevamente la crudeza con la que se exhibe la violencia de los cárteles y de los servicios de inteligencia que se "ocupan" de las personas como si estuvieran fumigando hormigas en un jardín. En este sentido la propuesta entretiene y tensa al espectador, sobre todo al ocasional que se va agradecido a su casa por una experiencia mainstream pero no hueca.
¿En qué aspectos el film no logra igualar ni superar a la entrega original? En primer lugar, Stefano Sollima no es Denis Villeneuve. "Sicario" fue una gran película que impactó por los dilemas morales que planteaba en sus personajes y en el espectador, sin tomar partido y desenmascarando el vil accionar de los que ostentan el poder. En "Día del Soldado" el dilema se diluye bastante y toma una postura en favor del poderío militar estadounidense. Presenta un México más villanezco que su vecino del norte, como una selva descontrolada, y dudo que eso haya sido arbitrario.
Por otro lado, se incluyeron algunos aspectos bastante torpes como el final que se le dio a este capítulo, que tiene poca credibilidad y prepara una tercera parte con mucho para mejorar si quiere posicionarse como un cierre superior a lo que vimos en esta segunda parte. Hay mucha violencia física, quizás más que en la primera parte, pero no logra poner los pelos de punta y transportar a ese mundo de oscuridad que sí supo trabajar el anterior director.
En conclusión, un producto que logra superar la valla de la mediocridad habitual de las secuelas pero por poco margen, algo decepcionante si la comparamos con su antecesora. ¡Qué lindo sería que volviera Villeneuve para cerrar esta historia!