El negocio no deja nunca de sorprender y el que aquí nos compete es un ejemplo perfecto para aseverar que cualquier película existente está en condiciones de recibir una secuela, precuela o desprendimiento. No importa si la primera parte fue un thriller criminal autoconclusivo, que no dejó ninguna puerta abierta para una continuación. Los productores hambrientos de novedosas propiedades intelectuales que minar van a encontrar la forma de reabrir la historia. Y en honor a la verdad, no se puede decir que sea puro cash grab. Ese término se aplica para las segundas partes hechas a las apuradas, sin ningún tipo de necesidad y con el único fin de recaudar más dinero en una utilización descarada del título. Sicario: Day of the Soldado era innecesaria, pero compensa al construir un thriller tenso e inteligente con mucho a su favor.