La eterna historia estadounidense, sobre los buenos que tienen que romper las reglas, por el bien mayor y la seguridad de toda la nación, vuelve a aparecer en este brillante guion de Taylor Sheridan, en donde hombres de la CIA no se detendrán en nada para destruir uno de los carteles más importantes del narcotráfico mexicano.
Desde el comienzo de la película, el espectador y Kate Mercer, interpretada magistralmente por Emily Blunt, van empatizando en las reacciones a las atrocidades que se le atribuyen al cartel de Juarez y coincidiendo en el rechazo al accionar ilegal la CIA, pero siendo cómplice todo el tiempo. El gran trabajo de Villeneuve logra llevar al personaje y al espectador paralelamente hacia la identificación.
La destacadísima actuación de Benicio Del Toro, transmitiendo tanto en cada silencio, cada mirada y cada reacción del cuerpo, como en cada uno de sus diálogos, encarna perfectamente el papel de Alejandro quien acompaña a la CIA en calidad de consultor en misiones relacionadas a los carteles. JoshBrolin, encarnando un personaje muy diferente a Alejandro se adueña de todos los silencios disponibles en su presencia dándole ritmo y tornando divertidas las escenas que comparten con Del Toro.
Una decisión artística muy acertada, es el uso de contraluces naturales que además de dar verosimilitud a una secuencia de escenas nocturnas, resultan sumamente agradables. El manejo rítmico del montaje y la mano experta del director hacen que la cinta sea constantemente atrapante. La apariencia de que siempre está por pasar algo, y la cantidad de información que se va revelando controladamente, mantienen un alto nivel de tensión durante toda la película.
A pesar del enorme esfuerzo de las películas estadounidense por culpar a otros países de guerras, desastres y en este caso el narcotráfico, la película es sumamente profunda y entretenida. El trabajo técnico no defrauda y las actuaciones y diálogos están al mejor nivel de los nombres que las acompañan.