Crónica de un divorcio abortado Los distintos cruces que tienen los miembros de esta numerosa familia, permiten combinar un mensaje social, navideño y una buena comedia. Partiendo desde un matrimonio en la última instancia previa al divorcio, sus nietos, hijos y padres logran ir repasando que los llevó hasta esa situación y tocar temas como responsabilidad familiar, o atención a los hijos que muchas veces son los que debilitan los lazos entre una pareja. Con muchísimo respeto y al mismo tiempo profundidad, el guión logra hablarle a cada uno de los espectadores, aprovechando la época navideña para dejar un mensaje de amor y reconexión familiar muy necesario en las distintas sociedades modernas. Desde la puesta en escena y la iluminación, las comedias tienden a relajarse en las enormes capacidades técnicas de Hollywood y este caso no es la excepción. Sin errores ni imágenes impresionantes la película se centra en atrapar al espectador desde cada personaje y la trama que los une más que con imágenes llamativas o un ritmo acelerado. Las actuaciones respetan la misma norma de no sobresalir demasiado, pero tampoco dejar pasar ningún error o falta de profesionalismo. Muchos de los nombres del elenco llevan en su currículum grandes títulos y mucha experiencia que les permiten resolver cada escena de manera sencilla. Diane Keaton quizás por su rol protagónico es quien mejor performance logra mostrar, levantando cada escena en que le toca participar.
Protagonistas del tango Los dos mayores exponentes del tango argentino en todo el mundo vivieron una historia de amor y desamor tan intensa como su danza, larga como su trayectoria y con más vueltas que el tango. Acompañados siempre de su música, ellos cuentan su historia a diferentes tangueros que representan sus bailes en cada etapa de su vida. Con un ritmo lento, acompañando el relato de María Nieves con sus 81 años, sumando material de archivo de algunos de sus mejores bailes y representaciones de los mismos casi calcados de la realidad, los protagonistas van recorriendo los escenarios que atravesó esta historia y recordando cada detalle. Es sumamente destacable la dirección de fotografía de Jo Heim (BVK) y Félix Monti (ADF), en todas las escenas de bailes encuentra para cada una, una iluminación diferente, que se adapta de manera perfecta a cada baile, cada canción y al mismo tiempo a la situación que vivían María y Juan. El montaje y la dirección combinan pasado y presente de una manera magnífica para lograr plasmar la pasión que generó el tango en las vidas de sus principales referentes y cómo atravesó por completo sus vidas y la de sus espectadores por el mundo. La musicalización de la película también se destaca creando ambientes acordes para cada escena y describiendo parte de lo mejor que tiene para ofrecer el tango argentino en versiones sumamente agradables, incluso para quienes no están acostumbrados a este ritmo. Las distintas partes ficcionadas aportan su gran cuota a la historia, acompañadas del relato en off de sus propios protagonistas y de los ensayos coordinados con los mismos, logrando así verosimilitud, empatía entre el espectador, los protagonistas y los actores. Todo esto permite entrar con mayor profundidad a la historia.
Entre el terror y la comedia navideña Con un comienzo en tono de comedia típica estadounidense navideña, y apoyado por la presencia de David Koechner, de a poco la historia de Gurss Von Krampus va apoderándose de la película y tornando las escenas en tensión, seguidas por el terror. Cuando Max, el niño que interpreta Emjay Anthony, se enoja con su familia por distintas peleas que tienen entre sus miembros, deja que desaparezca su espíritu navideño y, sin quererlo, invoca la ira del Krampus, antítesis de San Nicolas. Con muy buenas actuaciones, que demuestran que Adam Scott está para más y pide a gritos protagonizar una buena película, el director Michael Dougherty logra imponer la tensión necesaria en cada escena, manteniedola durante toda la película. Toni Collette y Alison Tolman también suman mucho en sus papeles. El rol de David Koechner y Conchata Ferrell queda relegado a sumar la comedia en algunas escenas sin lograr salirse de otros personajes que han hecho, como Berta de Two and a Half Men. La música ayuda mucho a crear un ambiente, que combina de forma ambigua, los típicos sonidos navideños, con el terror que se adueña de la cinta a medida que corren los minutos. Acompañado de una lograda iluminación, se le da un tono lúgubre y frío, incluso a las desesperadas compras de regalos de último momento. Uno de los puntos más altos de la película es que logra encarnar un mito tan antiguo y complejo de una forma completa y precisa, incluso jugandose con primeros planos muy bien logrados del Krampus. Los rostros de los elfos, en cambio, dejan bastante que desear, siendo notoria la rigidez de las caretas. El mayor problema para el espectador es que más allá de la tensión lograda en la sala, todas las escenas son bastante predecibles. Mientras la sala espera atentamente ver qué va a pasar, su mente se adelanta revelando lo que terminará por suceder.
Perdón Campanella Se estrena la adaptación de Hollywood basada en la película Argentina ganadora del Oscar a mejor película extranjera y daría la impresión que los autores no logran entender completamente la película original. Lo peor de todo es que lo que no logran entender es, precisamente, el secreto de sus ojos, valga la redundancia. Totalmente adaptada a otro contexto nacional e histórico, el conflicto de un gobierno de facto y corrupto que utiliza delincuentes como soldados privados o agentes de seguridad, pasa a ser la burocracia estadounidense, que en favor de la lucha contra el terrorismo, deja suelto y protege a un violador y asesino. La mayor falencia de esta remake, es que a pesar de copiar el recurso del personaje que investiga el asesinato, su descubrimiento del asesino una vez reparada la observación en una foto, donde el culpable se encuentra mirando a su víctima, no logra darle la profundidad al asunto. Toda una película armada alrededor del título El secreto de sus ojos y la escena propiamente dicha pasa como si nada, pero siendo suficiente prueba para que el agente del FBI esté completamente seguro de que ese es el sospechoso. También, la traducción del título demuestra una mala interpretación del film de Juan José Campanella, ya que el pronombre posesivo “sus”, que en el caso de la película refiere a la mirada de enamoramiento perdido y tan profundo del asesino, en la traducción al inglés, se usa la palabra “their”, que hace referencia a una pluralidad de ojos compartiendo un secreto, los cuales brillan por su ausencia en la cinta. La traducción al español de esta reversión le hace más justicia, ya que el relato gira entorno a un agente del FBI obsesionado con un crimen y un sospechoso durante 13 años. El papel interpretado por Chiwetel Ejiofor logra transmitir al espectador la tensión de la escena, más allá de conocer el final y haber visto la versión original. El resto del elenco suma verosimilitud a la película durante sus 111 minutos y logran hacer una historia entretenida por segunda vez. Cabe destacar la actuación de Dean Norris, conocido como Hank de Breaking Bad, que hace el mismo personaje que interpretó Guillermo Francella, pero cambia completamente la esencia de su personalidad, sin dejar de lado algunas intervenciones claves para el desarrollo de la historia. Más allá de ser otra película de Hollywood resuelta con la facilidad de la experiencia y sin tomar riesgos, es una interesante interpretación y adaptación de lo que el secreto de sus ojos refleja de la Argentina y lo que la idiosincrasia y el contexto estadounidense entienden de esta película.
Amor en tiempos de guerra y algo más Al igual que George R. R. Martin en Game of Thrones, Suzanne Collins toma una decisión que aporta mucha verosimilitud y dramatismo a su tercer libro y a la última película de Los Juegos del Hambre. Lo que el escritor dice que tomó del Señor de los Anillos es la muerte de varios personajes favoritos de los fans. Katniss Everdeen regresa a los cines con la cuarta y última entrega de esta franquicia, que ya recaudó 2315 billones de dólares en todo el mundo y espera sumar otros 800 millones aproximadamente con esta nueva película. La joven que tomó el lugar de su hermana menor en la primera película de los juegos del hambre madura y crece, empezando a entender el ajedrez detrás de la guerra civil en Panem y se mete en el oscuro mundo de las intenciones políticas escondidas en cada movimiento, rebelde o del capitolio. Jennifer Lawrence hace un papel genial, donde encarna en cada mirada, cada diálogo, cada expresión corporal y cada acción la transformación del personaje, acorde comprende su rol dentro de la guerra. En cuanto a sus compañeros de escena no se quedan atrás y sus interpretaciones están todas muy bien logradas. Desde la dirección, no hay nada que se pueda criticar ni destacar. Hollywood resuelve con los ojos cerrados y sin arriesgarse demasiado en todas las tomas, logrando incluso que una de las escenas del final se parezca mucho a las entregas más recientes de Star Wars. El único detalle que se podría haber resuelto mejor de la película, es el ritmo lento de los primeros 10 minutos, que parecieran recordar el final de la primera parte de Sinsajo. Además, hay una especie de zombies que persiguen al grupo de personajes liderado por Katniss que no tienen correlatividad con ninguna de las tres películas anteriores.
Los nazis son humanos A pesar de las constantes idas y venidas de la protagonista sobre la humanidad de los nazis, la película tiene un mensaje claro al presentarlos como iguales con la mínima diferencia de encontrarse en ese momento del lado victorioso de la guerra. Con marcadas diferencias entre aquellos soldados con algún tipo de respeto por sus cautivos y los otros, los que como en todo grupo humano, vencedor o vencido toman ventaja de su situación momentánea hasta exprimir la última gota de quien tienen por debajo. La película relata un hecho que ocurrió alrededor de junio de 1940 en Bussy, un pueblo cercano a París. Francia es tomada por el ejército nazi y las familias deben recibir en sus casas a un soldado enemigo durante el periodo que ellos se queden en el pueblo. Este es el desencadenante de esta historia en la que Michelle Williams interpreta a Lucile, una joven cuyo marido debió partir a la guerra cuando recién se habían casado y que debe hacerse cargo, junto con su suegra, de las propiedades de su marido a quien sólo vio unas pocas veces. Debe destacarse la tarea del director para elegir imágenes que además de contar perfectamente la historia y apoyar el relato, se componen de fotografías artísticas pasibles de llevarse premios por su calidad en sus encuadres y colores. Claro está que el paisaje que rodea este pueblo es una obra admirable de por sí, que Saul Dibb logra embellecer con personajes y puestas de iluminación perfectamente ubicadas para cada escena. De las interpretaciones sólo se puede decir que aportan una gran credibilidad a la cinta, lo que no es poco al tratarse de una historia verídica. Encarnar personajes que realmente vivieron esa historia podría ser un factor limitante para algunos actores, pero no es el caso de Suite Francesa. La musicalización, el ritmo, el melodrama y el sentimentalismo, marcan juntos un tono que quizá por la constante presencia de la BBC o los Weinstein en el rodaje, no le permiten al guion despegarse un poco y atrapar el interés del espectador, tornándose un poco larga y un poco lenta. A pesar de contar con un gran elenco a la altura de las circunstancias, un diseño de arte completo y detallista, y una gran producción, a la película no le alcanza para hacer algo novedoso que la distinga de otras del género.
La superficie del mundo del rap Amagando entre un mensaje sobre la discriminación, pero volviendo constantemente a ser una película sobre fiestas, shows y grabaciones de discos, todo sobre la historia de la banda de rap N.W.A. (Negros con actitud según el guión). Straight Outta Compton -2015- relata los comienzos de la banda que unió a Dr. Dre, Ice Cube y Easy E, tres de los raperos más famosos de Estados Unidos. A pesar de ser una historia sumamente entretenida y con muchos detalles reales, que le da a la cinta contar con el mismo Ice Cube como productor, sus 147 minutos la tornan un poco larga para sostener la atención del espectador durante toda la función. Las actuaciones sumamente logradas por los protagonistas generan un ambiente de verosimilitud que permite dejarse llevar soc 3por la historia e interesarse por cada uno de los personajes y las relaciones que los unen. Es destacable el parecido entre O’Shea Jackson Jr e Ice Cube, su papá, que logra personificar a un personaje mediático contemporáneo a la película sin levantar dudas sobre el guión. Uno de los mayores logros del director es mostrar la otra cara del éxito. Pocas veces el cine había encarado desde adentro el camino del éxito, el abuso del mismo y las consecuencias que puede traer en este caso a músicos, escritores, compositores de los barrios bajos de Estados Unidos, que ven como su mundo se transforma a su alrededor y toman decisiones para transformarse con él, o quedarse con lo positivo del mundo del que salieron. El sonido de la película juega un rol sumamente importante al mostrar no sólo quienes eran N.W.A. sino como llegaron a soc 4serlo y porqué pudieron lograrlo. El gran hilo conductor de la historia es su música. Por momentos, da ganas de cerrar los ojos y solamente escuchar sin prestar atención a nada más, como en la primera escena donde aparece el personaje de Dr. Dre tirado sobre un montón de discos con sus auriculares transportándolo a otra dimensión, y sus dedos persiguiendo el ritmo de los instrumentos.
Una metáfora del pasado Escrita y dirigida por Guillermo del toro, La Cumbre Escarlata -2015- entretiene y atrapa al espectador durante sus 119 minutos lo que ya es un logro en sí mismo. A pesar de ser una trama larga, el detallado arte, la continuidad de los planos y la tensión de las secuencias son capaces de atornillar una sala completa a sus asientos. Los papeles están en general muy bien interpretados. Mia Wasikowska está a la altura del rol protagónico, llevando sobre sus hombros el desarrollo de la cinta y compartiendo las incertidumbres con el espectador. A su vez, debe ser destacado el rol de Jessica Chastain en el papel de Lucille, cuyas intervenciones puntuales logran encarnar la esencia del personaje en su totalidad desde el comienzo de la película. En el guión se utiliza la metáfora que relaciona los fantasmas con los recuerdos y el pasado, y la misma se ve plasmada desde el primer minuto a través de diálogos muy logrados y escenas clave en las que aparecen los espectros, sin abusar del recurso. El diseño de arte, ambientado en el siglo XIX, permite viajar en el tiempo cumpliendo con cada detalle que compone cada plano superpoblado de elementos, acorde al estilo barroco que este siglo heredó de su antecesor. Los vestidos, trajes y demás vestuarios parecen preservados desde 1860 para el set. Las únicas dudas que deja el guión tienen que ver con la capacidad sobrehumana que tienen los personajes para superar una lesión y continuar escapando, peleando y accionando, luego de quebrarse, ser apuñalados, o ser asaltados por diferentes traumas que acontecen entre las sangrientas paredes de la mansión en la cumbre escarlata.
La eterna historia estadounidense, sobre los buenos que tienen que romper las reglas, por el bien mayor y la seguridad de toda la nación, vuelve a aparecer en este brillante guion de Taylor Sheridan, en donde hombres de la CIA no se detendrán en nada para destruir uno de los carteles más importantes del narcotráfico mexicano. Desde el comienzo de la película, el espectador y Kate Mercer, interpretada magistralmente por Emily Blunt, van empatizando en las reacciones a las atrocidades que se le atribuyen al cartel de Juarez y coincidiendo en el rechazo al accionar ilegal la CIA, pero siendo cómplice todo el tiempo. El gran trabajo de Villeneuve logra llevar al personaje y al espectador paralelamente hacia la identificación. La destacadísima actuación de Benicio Del Toro, transmitiendo tanto en cada silencio, cada mirada y cada reacción del cuerpo, como en cada uno de sus diálogos, encarna perfectamente el papel de Alejandro quien acompaña a la CIA en calidad de consultor en misiones relacionadas a los carteles. JoshBrolin, encarnando un personaje muy diferente a Alejandro se adueña de todos los silencios disponibles en su presencia dándole ritmo y tornando divertidas las escenas que comparten con Del Toro. Una decisión artística muy acertada, es el uso de contraluces naturales que además de dar verosimilitud a una secuencia de escenas nocturnas, resultan sumamente agradables. El manejo rítmico del montaje y la mano experta del director hacen que la cinta sea constantemente atrapante. La apariencia de que siempre está por pasar algo, y la cantidad de información que se va revelando controladamente, mantienen un alto nivel de tensión durante toda la película. A pesar del enorme esfuerzo de las películas estadounidense por culpar a otros países de guerras, desastres y en este caso el narcotráfico, la película es sumamente profunda y entretenida. El trabajo técnico no defrauda y las actuaciones y diálogos están al mejor nivel de los nombres que las acompañan.
Lo que la cigüeña trajo en cautiverio, el Cóndor se lo llevó A 32 años del regreso de la democracia en la Argentina, todavía hay heridas abiertas. La desaparición de personas es una de ellas, que 117 nietos recuperados después, sigue generando un revuelo cada vez que se devela algo nuevo. Sobre todo en los casos de niños nacidos en centros clandestinos de detención. La parte por el todo es un documental de Gato Martinez Cantó, Santiago Nacif Cabrera y Roberto Persano, centrado en las maternidades clandestinas de la dictadura militar. Como ellos dicen, "este film se propone dar luz sobre los lugares donde se dio a luz". Tomando tres casos testigo como ejemplos y materiales de archivo muy bien seleccionados, suman el arte gráfico y la animación de Maxi Bearzi para darle más fuerza a las imágenes y contar lo que a veces queda sin decirse en los diálogos, de una forma muy innovadora. Las logradas animaciones completan el mensaje del documental y los diferentes testimonios. Un ave similar a un cóndor o un buitre, en representación del colectivo de militares relacionados al robo de bebés, es uno de los hilos conductores de la película, que con sus garras va tomando a los nacidos, dibujados de cada una de las historias y separándolos de sus madres. Con una mezcla de ritmos, a veces lenta y otras más acelerada, presentan los escenarios de Campo de Mayo, Pozo de Banfield y otros centros de detención preparados para los nacimientos de los hijos de aquellos que aún no habían desaparecido. La música original de Teresa Parodi, que acompaña las imágenes, logra transmitir la sensación de estar en las ruinas de estas casas de tortura que supieron albergar a tantos y hoy buscan quedar en el olvido. Las imágenes actuales de estos lugares y la decadencia que los inunda reflejan cómo se ha avanzado, desde que hay democracia, sobre los secretos y poderes ocultos del Proceso de Reorganización Nacional. Los diferentes cruces entre las historias de los entrevistados le dan veracidad a lo relatado y completan detalles entre todos para lograr entender la magnitud de la organización presente en centros de tortura como la ex ESMA, para lograr la apropiación de bebés y una red de adopciones lista para recibirlos. A pesar de todas sus virtudes y el gran trabajo de los realizadores, por momentos resultan tediosas y largas las secuencias de imágenes actuales de las maternidades clandestinas, sin estar acompañadas de un diálogo o una explicación. Con archivos del juicio por el plan sistemático de apropiación de menores y la voz de la jueza María del Carmen Roqueta, el montaje superpone las contradicciones de los acusados y las pruebas presentadas por los propios protagonistas, de tal forma que logra generar en el espectador una empatía con aquellos presentes durante esas exposiciones, la bronca al conocer la realidad y la impotencia al ver a aquellos asesinos lavarse las manos manchadas de sangre.