Un vínculo pensado para conmover
No hay secretos ni segundas intenciones en esta nueva muestra de fidelidad del sueco Lasse Hallström a las historias que buscan respaldo y fundamento en la cuerda melodramática. Siempre a tu lado está concebida para conmover primero y encontrar después la complicidad del público para diseñar un universo casi beatífico, en el que todos son capaces de abrigar buenos sentimientos y compartirlos con los demás.
Inspirado en una historia real ocurrida en Japón y en un film de ese origen que dio cuenta de esos hechos, Siempre a tu lado coloca desde el vamos y sin vueltas el eje único del relato en el enternecedor vínculo entre un maduro profesor de música -cuya vida conyugal, familiar, profesional no ofrece fisuras- y un perro de raza Akita que se extravía sin explicaciones claras en una clásica localidad suburbana de los Estados Unidos después de un largo viaje iniciado en el Lejano Oriente.
El hombre logra superar las resistencias de su esposa y convierte al can en una entrañable compañía. El mérito de Hallström es mostrarnos ese proceso desde el impulso de ambos protagonistas -con escenas en blanco y negro que parecen acompañar el punto de vista del animal- así como el modo en que el resto de los personajes -familiares y habitantes del lugar- van comprobando de a poco la intensidad de una relación que llega a superar los lazos vitales entre ambos. No faltan excesos de azúcar y una narración por momentos desordenada, pero también abundan los momentos de genuina emoción.