Basándose en una historia real ocurrida en Japón entre principios de 1920 y mediados de 1930, Richard Gere produce y protagoniza esta película sobre la relación entre un perro y su dueño.
Estos eventos son trasladados a un pueblo de New England en los años 90, donde un hombre encuentra un perro y, tras convencer a su esposa, lo adopta.
Ambos establecen un fuerte vinculo y el animal lo acompaña ida y vuelta a la estación del tren cada día. Tras la repentina muerte del hombre, el perro continua yendo a la estación a la espera de su dueño, por los próximos 9 años.
Esta actitud del animal inspiro artículos en diarios y una estatua en el lugar donde solía esperar a su dueño.
Todo lo que ocurre en el film se resume en estas lineas, con lo cual uno sabe que esperar.
El perro es el centro de la historia y todas sus escenas están bien logradas.
Pero como no es suficiente para toda una película, se dedica tiempo a la familia del hombre (esposa, hija y marido) con momentos de relleno que no aportan nada.
Las participaciones de Richard Gere, Joan Allen y Jason Alexander solo toman importancia cuando se relacionan con el animal.
El director Lasse Hallström ("What`s Eating Gilbert Grape", "The Cider House Rules") esta acostumbrado a este tipo de cine y hace un buen trabajo sin caer en el melodrama.
Se equivoca con un par de escenas que no encajan, primero poniendo una cámara-perro que muestra la mirada del animal en blanco/negro y luego cuando el perro percibe que algo malo le pasara a su dueño.
Una película que no da para cine, pero la agarras en "Hallmark" y seguro te emocionas.