En SIEMPRE ALICE, JULIANNE MOORE es una renombrada profesora que en el pico de su carrera, es diagnosticada con un prematuro caso de Alzheimer, y a partir de esto, deberá aprender a lidiar con esta enfermedad, seguir presente en su familia y, sobre todo, a no olvidarse de sí misma. Estamos ante una película conmovedora, que llega a lo más profundo de los espectadores gracias a su simpleza su relato realista, casi documental y las logradas interpretaciones. Un relato en primera persona melancólico y cercano.
La labor de JULIANNE MOORE es sencillamente brillante, gracias a ella podemos vivir en carne propia el terror que genera en el enfermo la certeza de que pronto no sabrá quien es, ni recordara a sus seres queridos. También resulta sorprendente el trabajo de interpretación de KRISTEN STEWART encarnando a Lydia la hija de la protagonista, entrando a la adultez actoral con un papel plagado de matices.
Cine independiente de calidad, para aplaudir de pie.