Martin McDonagh, el director de Escondidos en Bujas, volvió a reunirse con Colin Farrell para esta loca comedia de humor negro que remite bastante por momentos al cine de Guy Ricthie y Quentin Tarantino.
Sobre todo por el perfil de los personajes y algunos diálogos de la película que son desopilantes.
La gran virtud de este film es que el director captura la atención del espectador desde la primera escena y después te envuelve en la trama gracias a los psicópatas desquiciados que forman parte del relato.
Un elemento divertido de esta producción es que todos los personajes son personas que están muy mal de la cabeza y las constantes situaciones inesperadas y los giros sorpresivos que toma el conflicto genera que te puedas sumergir por completo en el cuento que narra McDonagh.
Siete psicópatas es una película donde es muy difícil destacar a un actor en particular porque todos tienen su gran momento en la historia, inclusive Tom Waits, quien acá brinda una de sus participaciones más largas en el cine con un personaje fabuloso que parece salido de alguna de sus canciones más oscuras.
Tal vez Sam Rockwell por los diálogos y el personaje que tiene sobresale un poquito más, pero también es cierto que de no haber estado rodeado con otros grandes como Christopher Walken y Woody Harrelson el lunático que compone a lo mejor no se lucía tanto.
La interpretación de Rockwell es soberbia y probablemente lo mejor que hizo en el último tiempo pero al interactuar con otros excelentes actores es como que su rol se destacó mucho más todavía.
Es muy interesante también, más allá del delirio del argumento y las escenas sangrientas, el retrato que hace el director de los procesos creativos de escritura y el mundo del cine.
Si lográs conectarte de entrada con el humor de McDonagh, Siete psicópatas es una muy buena película que se disfruta mucho y te hace pasar un gran momento en el cine.