Una chica produce ruidos. Un profesor de Oxford cree que está enferma: todos sabemos que no, amigos, que hay un demonio suelto. Experimentos, gente que filma y la Inglaterra de los años setenta. Eso es lo que hay y si no fuera porque tenemos al gran Jared Harris (heredó de su padre Richard la enorme capacidad para mirar a la cámara e inquietarnos) sería otra película de terror más, parecida a todas. Bueno, lo es, pero al menos está Harris.