El hombre convertido en mito.
Mario Luis Rodríguez Cobos, conocido mundialmente como Silo, fue el fundador del Partido Humanista, una figura polémica que tuvo y tiene inmensa cantidad de seguidores y detractores. Este documental sobre su vida, enfocado casi en su totalidad sobre sus ideas, nos narra de manera dinámica aunque austera los inicios de Silo, desde la dualidad de dónde proviene su apodo: el misticismo vinculado con el Génesis, que habla de Silo como una figura que congrega a los pueblos, y el Silo agrario, de forma alargada y desgarbada, tal la apariencia del hombre que llegó a ser conocido como “el mesías”.
El protagonista preocupó a su entorno inmediato durante su infancia porque no emitió muchas palabras hasta los cuatro años, pero pasado ese tiempo no dejaría de hablar hasta su muerte en 2010, siempre en busca de la transformación simultánea del individuo. El mensaje de Silo promueve tres puntos esenciales en la vida del ser humano: paz, fuerza y alegría. Reconocido en más de 60 países, enarbolado por distintas figuras de Asia, África y Europa, fue orador en la famosa Marcha Mundial por la Paz en el año 2009 en Berlín; y desde la montaña, donde decidió retirarse a vivir y meditar, dejó en sus adeptos el deseo de un individuo sin sufrimiento y un mundo sin violencia, repitiendo el conocido mensaje de actuar con los otros cómo nos gustaría que lo hagan con nosotros.
La historia es narrada por Gastón Pauls y Osmar Núñez, y si bien cuenta con una fluidez que hace dinámica su visión, se siente por momentos repetitiva en los recursos y en el contenido, con un exceso de musicalización tal vez. Es posible que la idea central haya sido mostrar sólo el lado positivo de la figura de Silo, pero estando bajo el posicionamiento del género documental, queda pendiente el costado negativo y de conflicto que la figura de este hombre promovió, denunciado por algunos por su perfil sectario (es decir, aquí queda pendiente un análisis más completo).
Para quienes conozcan su vida y mensaje, las entrevistas y todo el material de archivo funcionarán sólo como un recordatorio casual del responsable del denominado “poder joven”; y aquellos que no hayan oído de él previamente, tendrán un primer acercamiento -aunque escueto- a la figura controversial de Silo.