John vendrá por ti
Tras un tráiler a pura fibra, John Wick (en Argentina bajo el título de Sin control), atrae principalmente a seguidores del cine de acción y de toda propuesta pochoclera. Los directores David Leitch y Chad Stahelski se valen de la presencia de Keanu Reeves como protagonista en el rol de un asesino a sueldo retirado con sed de venganza (¿cuántas veces se ha visto esta historia?).
John Wick sufre la pérdida de su esposa y lo único que le ha quedado de ella es un cachorro que le obsequió. Una noche, un grupo de gánsteres rusos le roban su auto y también la vida al pequeño Beagle. El problema para ellos radica en que no saben con quién se han metido hasta que el padre del líder de la banda que arremetió en esa oportunidad lo explica. John no va a parar hasta hacer justicia por cuenta propia.
Películas con una trama similar se pueden encontrar y mencionar varias. No hay nada que no suene trillado en este tipo de historias, la diferencia radica en cómo volcar los acontecimientos a la pantalla. Por citar un caso más reciente, John Wick se asemeja bastante a The Equalizer. Tanto Reeves como Denzel Washington interpretan (cada uno en su film, lógicamente) a tipos solitarios que se meten contra la mafia rusa. Lo que varía es que Keanu, si bien redondea una buena performance, no es Denzel ni tiene la solidez natural que el actor de Man on Fire ha sabido demostrar para papeles de este estilo.
La proyección de Leitch y Stahelski carece de un guión virtuoso; tampoco pretende sacar rédito de ello, dado que las fichas están puestas sobre lo que las secuencias de mayor adrenalina y violencia puedan ofrecernos. Como ejercicio de acción, John Wick funciona principalmente en la primera hora, en la que se puede disfrutar por la dinámica y el timing de los enfrentamientos que se dan en diferentes escenarios. Lo que acontece más adelante se torna repetitivo, predecible y, lamentablemente, peca por su carencia de nervio.
Referencia especial para el apartado técnico, en donde se nota un apreciable trabajo de fotografía, con tonos oscuros, sumado al buen resultado que se extrae de la combinación entre el aspecto sonoro y la variedad de planos y movimientos ágiles de cámara.
En narraciones como ésta, la discusión sobre la verosimilitud de los hechos que se exhiben siempre se halla presente. Llama la atención que nuestro intérprete principal sea respetado y temido a elevados niveles por sus antagonistas, siendo algo que definitivamente despoja de tensión a la cinta, quitándole asimismo ferocidad a los villanos de turno.
LO MEJOR: la primera hora. Las escenas de acción.
LO PEOR: previsible. Historia vista muchas veces.
PUNTAJE: 5