Por Dios, cómo esperaba una película como ésta. John Wick es intensa, visceral y deliciosamente absurda. Mientras que la historia es un cliché y resulta totalmente previsible, el placer (culpable) se encuentra en los detalles, que están plagados de excentricidad y están jugados como Dios manda. No romperá ningún molde pero, por favor, es diversión garantizada en un 120%.
En mas de un sentido la historia de fondo de John Wick es ridícula. Me hace acordar al estúpido trailer falso que aparecía en El Ultimo Gran Héroe - mataron a su primo segundo... y ahora está enojado! -. Keanu Reeves es un tipo retirado, el cual viene pasando un momento terrible después de perder a su mujer tras una larga enfermedad. La frutilla del postre es una entrega a domicilio - acordada por su esposa desde meses antes a su inevitable desenlace -, la que implica la llegada de una hermosa cachorrita Beagle. Como suele pasar en el cine, cuando uno se encariña demasiado con los personajes es que los mismos van a ser boleteados en el corto plazo, y eso es lo que le pasa a la Beagle. La perrita se roba todas sus escenas con su rabito alegre y su cara de fiesta, hasta que alguien le aplasta el cráneo con un bate de baseball. Ups, mal día para matarle la mascota a Neo, quien mete el programa de Terminator en la diskettera y sale a full a exterminar gente. Todo porque unos rusos idiotas - hijos de algunos capo mafia instalados en la ciudad, y tipos realmente jodidos para ofender - quisieron quedarse con el Mustang Boss de Neo. Lo que desconocen estos palurdos es que el flaco es el asesino mas letal que existe en la Tierra después de la epidemia de la Peste Negra de 1347, y ahora los ha puesto en su mira. No, no se trata de un autito y de un perrito, sino de los fetiches de un asesino a sueldo retirado, elementos que le daban un viso de normalidad a su vida y que - ahora que han desaparecido - le han quitado todo tipo de cable a un tipo que a duras penas se mantenía cuerdo.
Una vez concluido el Acto I, John Wick se mete en un territorio extraño, el cual - por momentos - roza la excentricidad comiquera propia de Wanted - Se Busca. Ahora vemos que el tipo tiene un cargamento de monedas de oro enterrado en el sótano, y que las mismas son la moneda de cambio para un submundo secreto y oscuro compuesto por asesinos de élite, los cuales tienen garitos exclusivos escondidos en las cloacas de la ciudad, y/o que usan un peculiar hotel céntrico como una especie de zona desmilitarizada - allí nadie puede matar a nadie, ni negociar contratos con nadie, e incluso el servicio de lavandería del hotel se hace cargo de hacer suturas, conseguir municiones y desaparecer cuerpos si fuera necesario -. Como Wick ha comenzado su vendetta personal contra media mafia rusa, a estos tipos no les importa demasiado los reglamentos de la profesión sino bajar a Reeves de un hondazo antes que llegue a su objetivo. Es por ello que las balaceras proliferan en el hotel, y pronto todo esto se transforma en un todos contra todos.
Si hay algo que sobresale de John Wick, es que colma las expectativas sobre el protagonista (e incluso las supera). Durante media hora vemos a todo el mundo diciendo "Uy, Dios... ofendiste a John Wick!. Ese tipo es un asesino legendario!" y, después de semejante autobombo, el filme termina concretando el delicioso postre que todos estábamos anticipando. No es como el geronte de Denzel Washington peleando a 2 kilómetros por hora en The Equalizer; Reeves es expeditivo y brutal, y usa las pistolas para pelear y matar de maneras novedosas - es como si aplicara una versión 2.0 (y mucho mas copada) del Gunkata de Equilibrium, aunque con menos dosis de idiotez en el libreto -. Es frecuente que le pegue tres tiros en la cabeza a cada oponente, o que salte encima y se enrosque sobre su cuello para entrangularlo con una pierna o con su corbata. No será tan impactante como La Identidad Bourne, pero igual no deja de ser muy bueno.
Mientras que Reeves es muy bueno en lo suyo - taciturno, cínico y expeditivo -, el cast que lo acompaña es notable. El que se destaca es Michael Nyqvist (Millennium), que hace de mafioso ruso y vendria a ser el padre del idiota que robó el Mustang a Reeves. Nyqvist le aporta urbanidad y racionalidad - es un tipo que sabe que su hijo metió la pata y, llegado el momento, comprende que debe dejarlo a su suerte debido a haber ofendido al Diablo en persona -, y lo vuelve un personaje tremendamente disfrutable. La otra muy buena es Adrianne Palicki (Mujer Maravilla), que destila maldad y sensualidad, y va obteniendo los roles que su carisma precisa.
John Wick es una gozada de principio a fin. Los personajes no se andan con vueltas, el ritmo es imparable, la acción está coreografiada con excelencia y la historia - aún cuando sea remanida - está contada con talento. No existe ni un solo personaje - en toda la trama - que no tenga el curriculum manchado con sangre; es por ello que esta guerra entre asesinos y antiheroes resulta tan disfrutable, simplemente porque todos son tan inteligentes y despiadados en lo suyo. Desde ya, una pelicula gloriosa y altamente recomendable, y un anticipo de lo que puede ser una franquicia realmente deliciosa.