Crónica de una venganza anunciada.
El cine de acción de hace dos o tres décadas atrás solía carecer de pretensiones argumentales, concentrándose exclusivamente en las escenas de acción. John Wick trae reminiscencias de aquella época del género, por su indudable compromiso para con el espectador a la hora de los golpes y las balas, pero la experiencia, divertida e impactante por momentos, no llega a satisfacer del todo por sus evidentes deficiencias narrativas.
Otra simple e inverosímil historia de venganza arriba a la pantalla. John Wick se debate en una dualidad de alto contraste: es extremadamente superficial en lo narrativo, pero de una enorme profundidad en lo técnico. En general, su cinematografía es de primerísimo nivel, pero en particular, sus secuencias de acción son viscerales, creativas e imponentes como pocas veces vemos en el cine. No caben dudas de que la película posiblemente cuente con muchas de las mejores escenas de acción que se han visto en los últimos años, y eso seguramente será suficiente para muchos. Otros tantos, sin embargo, encontrarán un relato vacío de contenido. John Wick es un personaje al que se le podría sacar mucho más jugo del que efectivamente se le saca.
Con apenas un poco de trabajo en el guion, conservando la simpleza de la historia, ésta es una película que tranquilamente levanta dos puntos. Hay personajes e ideas interesantes que con escaso desarrollo podrían llenar su notable vacío narrativo y nutrir la propuesta con algo más que sólo grandes escenas de acción. Es quizás de visión indispensable para los fanáticos del género, pero no es más que apenas un buen entretenimiento para el resto de la audiencia.