Un ejemplo de integración y alegría
Sin drama de down: Un lenguaje propio (2013) cuenta la travesía de un grupo de jóvenes con discapacidad cognitiva para retener la casa en la que viven en comunidad, a punto de ser desalojada por una deuda impositiva.
Realizada por Paula Delucchi, Juan Laso y Andrea Doumanian; y protagonizada por actores con síndrome de Down, Sin drama de down: Un lenguaje propio más que una película es un ejemplo de integración. Producida en el marco de los talleres de arte y desarrollo expresivo de los que participan estos jóvenes, la producción cinematográfica tiene por objeto difundir los resultados de la actividad que a diario realizan.
Pero más allá de eso, cuenta una historia: la casa de Palermo en la que viven en comunidad es amenazada por las deudas impositivas acumuladas. Entonces, estos jóvenes "especiales" hacen de todo para recuperarla. Frescos, simpáticos y con mucho carisma, recorren las calles con una alegría y ternura inigualables para recaudar fondos y retener el hogar que tanto significa para ellos.
En su periplo por juntar los diez mil pesos necesarios para retener la casa, hay una fiesta callejera, un concurso de baile, venta de flores y cafés, una manifestación popular y música, mucha música. Momentos entrañables y un montaje dinámico ayudan a disfrutar la película que es conmovedora por momentos y sumamente graciosa en otros. La frescura de los actores protagonistas, desacartonados y libres de prejuicios, hacen que Sin drama de down: Un lenguaje propio fluya y sorprenda, robe sonrisas, emocione y asombre.
Con momentos de una intimidad tremenda, como aquel en el que se presencia un coqueteo o ese otro en el que todos almuerzan y brindan para festejar lo hermoso de estar juntos, la película no tiene golpes bajos ni lugares comunes. Con la participación especial de Coco Sily y Claribel Medina, Sin drama de down: Un lenguaje propio es un ejemplo de integración y de que, a pesar de todo, una sonrisa siempre es mejor.