Pesadilla en lo profundo de Asia
Un digno exponente del cine de acción, pero con algunos subrayados y alegorías demasiado evidentes.
Jack busca nuevos rumbos laborales después de la quiebra de la empresa en la que trabajaba. Nuevos y alejados rumbos, debería decirse, ya que recala en un innominado país asiático limitante con Vietnam (¿Laos? ¿Camboya?). El hombre (Owen Wilson) y su familia tienen la "suerte" de llegar justo en las vísperas de un golpe militar caracterizado por un profundo carácter antinorteamericano.
A partir de esa anécdota, el realizador y aquí también coguionista John Erick Dowdle (Cuarentena) narra el derrotero de Jack y su familia durante el desesperado huir de una muerte segura. Sin escape se sostiene en gran parte gracias al pulso del realizador a la hora de construir una acción trepidante, con esa idea tan propia del cine norteamericano post 11-S del mal como entidad ubicua y latente.
Si Sin escape no termina siendo una película aún mejor es porque por momentos Dowdle apuesta a una serie de subrayados musicales y algunas alegorías políticas demasiado evidentes y torpes.