Owen Wilson, siempre ligado a la comedia, protagoniza esta película de acción en la que encarna a un padre desesperado por salvar a su familia en un país asiático atravesado por un alzamiento ultra violento.
Ligado siempre a la comedia, Owen Wilson se paseó cómodamente por Zoolander, Los rompebodas, La familia de mi novia y transitó además el cine de Woody Allen en Una noche en París y, junto a Wes Anderson, en Los excéntricos Tenenbaums. En Sin escape protagoniza una película de acción y resulta atractivo verlo en otro registro, como un padre de familia envuelto en un conflicto que lo sorprende en un país asiático quebrado por un alzamiento armado.
La película dirigida por John Erick Dowdle -Cuarentena, la versión norteamericana de Rec; Así en la tierra como en el infierno- coloca a los personajes en el ojo de la tormenta. Jack Dwyer -Wilson- y su esposa Anne -Lake Bell- viajan junto a sus dos hijas a un país ubicado al sur de Asia y cuya identidad no se menciona. Al llegar al hotel se encuentran con situaciones confusas que avecinan lo peor.
El film comienza con el asesinato de un dictador y la acción sigue los acontecimientos previos, treinta y seis horas antes, a ese crimen. Acá el tema es la xenofobia y el objetivo de erradicar sin piedad a los "extranjeros" en una sucesión de escenas violentas -la irrupción de un grupo armado en el hotel o los tiroteos y masacres en las calles- que recuerdan al film La noche de la expiación.
Teniendo en cuenta que el realizador viene del género de terror, su intención no fue profundizar en las cuestiones políticas, sino más bien crear un clima de escape permanente y vertiginoso logrado gracias al buen uso de la cámara en mano y de las situaciones que afronta el clan desde su llegada al aeropuerto.
Acá no hay sólo un villano, sino un ejército que sigue sus objetivos al pie de la letra, en medio de secuencias más forzadas y menos creíbles como la que se desarrolla en una azotea cuando las niñas son arrojadas como paquetes entre edificio y edificio. Salvo ese momento que desentona, el resto funciona como una película de acción que no decae en su intento por mostrar a una familia común enfrentada a una situación extraordinaria.
Por su parte, la participación de Pierce Brosnan es episódica, y el espectador sabe que su personaje aparecerá en los momentos de mayor tensión, cuando las papas queman.