Jack (Owen Wilson) trabaja para la compañía “Cardiff”, la cual hace poco cerró un contrato sobre la manipulación del agua en un país del Sur de Asia; es por esto que debe mudarse con su familia a dicho lugar. Lo que parece una nueva oportunidad para reestablecerse y progresar, rápidamente termina convirtiéndose en una pesadilla cuando la gente local, disconforme con dicho tratado, crea una guerra civil con las autoridades, matando a cuanto extranjero se cruce. Ahora Jack deberá pelear por su vida y la de sus seres queridos.
Un norteamericano en un país que le es desconocido y que debe agarrar las armas si no quiere morir. A priori, el argumento más simple que el funcionamiento de un reloj de arena, parecía atractivo. Más cuando después de ver el tráiler, la cosa parecía por demás de interesante, con un Owen Wilson alejado de la comedia y puesto en una de acción realista secundado por Pierce Brosnan.
Sin Escape
Bueno, querido lector, estamos ante el típico caso donde habría que darle un premio al que realizó el avance, porque si esperabas ver acción realista, una familia al límite de morir constantemente y mucha tensión, te vas a sentir muy defraudado. En especial cuando en muchos tramos el film causa gracia, siendo que Sin Escape no es una comedia.
Esto se da pura y exclusivamente por el pobre guión escrito por John Erick Dowdle (también director) y su hermano Drew. Toda posible esperanza de una trama de corte realista sin que el protagonista roce lo invencible se pierde cuando, pese a que lo intentan mantener constantemente, también se hacen presentes una sucesión de momentos incoherentes.
Por citar uno: el personaje de Wilson y su familia deambulan por las calles escondiéndose, mientras son seguidos por los guerrilleros locales. Pero en varias ocasiones tienen la oportunidad de hacerse con un arma de fuego para defenderse y no lo hacen. Peor aún es que a esta altura del cine, se siga recurriendo al deus ex machina como recurso para salvar a los protagonistas de una situación límite, que los mismos guionistas se encargaron de llevarlos hasta ahí, pero deciden usar el camino fácil de la trampa para salvarlos.
Con una historia tan poco creíble, poco pueden hacer los actores. Owen Wilson alejado de la comedia no lo hace mal (aunque más de una vez saca risas sin proponérselo), y Pierce Brosnan demandaba más tiempo en pantalla.
Sin Escape
Sí vale hacer un párrafo aparte para las chicas encargadas de hacer de hijas de los Dwyer, Claire Geare y Sterling Jenins. Ya se sabe que es complicado meter a chicos en las películas dramáticas, porque suelen terminar siendo insoportables. La verdad es una pena por las dos nenas, pero los Dowdle (John Erik es el realizador de “Cuarentena” o “Así en la Tierra como en el infierno”) no les hicieron ninguna justicia a las pequeñas. Sí, son insoportables.
Sin Escape (No Escape, en su nombre original) tenía el suficiente potencial como para terminar siendo una buena película de acción cruda y dura; pero la impericia de sus guionistas a la hora de mantener la historia a niveles de realismo que ellos proponían, termina dando como resultado un film muy irregular; desaprovechando elenco, locación exótica… más la falta de propuestas similares actualmente en el mercado. Lo que se dice, desaprovechar un buen material.