Las revoluciones son efusivas y espontáneas: Owen Wilson tendrá que escapar de una turba furiosa que busca retomar sus propiedades, en algún lugar olvidado del sureste de Asia, y ejecutará a cualquiera que sea un traidor o un extranjero.
Los hermanos Dowdle (responsables de la cinta Quarantine, la adaptación norteamaericana de REC) produjeron y co-escribieron Sin Escape. Este nuevo thriller está protagonizado por Owen Wilson (Entre las líneas enemigas, 2011), Pierce Brosnan (El matador, 2005) y Lake Bell (Black Rock, 2012).
Jack Dwyer (Wilson) es un ingeniero hidráulico de Austin, Texas, que fue convocado para trabajar en una nueva planta de agua, en Asia. Es por esta razón que decide llevar a toda su familia, integrada por su mujer Annie (Bell) y sus dos hijas Lucy y Beeze, junto a él, con el fin de rearmar sus vidas. Los problemas surgen cuando, la noche anterior a la llegada de los Dwyer, el primer ministro y todo su séquito, es asesinado en su mansión por insurgentes que invaden su hogar. Luego de pasar la noche en un hotel, Jack se encuentra con una cruzada en pleno desarrollo, entre las fuerzas de seguridad y los rebeldes, quienes buscan asesinar a cada extranjero y castigar a los compatriotas que les dan residencia. La supervivencia se convierte en un elemento de suma importancia, en la cual la familia Dwyer recibirá particular ayuda de Hammond (Brosnan), un agente “imperialista” al que se le dio la misión de cuidar a los nuevos trabajadores extranjeros junto a los directivos, mientras cumple con labores que implican sabotajes y asesinatos.
Wilson y Bell están más que bien en sus respectivos roles, al mostrar figuras paternas fuertes que intentan sobrevivir cueste lo que cueste. En cuanto a Brosnan, éste se consolida como el hombre de acción durante toda la película, con apariciones que resultan salvadoras.
Sin Escape cuenta con secuencias que restan y no suman a la trama, pero que forman parte de la fanfarria de Hollywood. A pesar de eso, la película es recomendable para quienes disfrutan del cine de acción sin mayor pretensión, dado que no hay intención de generar un desarrollo sumamente complejo sobre la situación política alarmante, que de hecho podría suceder en la actualidad.