Revolución y salvajismo
Apelo al conocimiento gamer de parte del público para recordar el videojuego multiplataforma Dead Island (2011) y al conocimiento cinéfilo para rememorar a War World Z (2013) y The Purge (2013). ¿Qué tipo de relación pueden tener entre esta tres producciones? La respuesta es simple: la nueva película del director John Erick Dowdle (Quarantine), titulada Sin escape (No escape).
Bueno, es verdad, la respuesta es sencilla, pero no fácil de comprender, paso a explicarles.
Los cercarnos al mundo de los videojuegos recordarán a Dead Island no tanto por el mismísimo juego, si no por su excelente trailer cinemático que lo catapultó en horas no solo a la masividad absoluta, sino inclusive a la firma de un contrato para reproducir su historia al cine. Este trailer fue una bisagra que logró llamar la atención a un sector del público que tal vez no estaba tan atento al rubro y se posicionó como un bandera de autoridad por unos meses, por lo menos hasta que salió el juego al mercado y tuvo diversas críticas que nunca estuvieron a la altura del trailer cinemático.
Habiendo asimilado y puesto en contexto a algunos lectores, paso a contarles que Sin escape logra materializarle como una fusión entre estas tres producciones de lo más variadas, y es que posee una grandísima inspiración en el famosísimo trailer del videojuego, ya que posee escenas casi calcadas del mismo, al igual que cumple con ciertas semejanzas en escenas y conceptos de War World Z y The Purgue. Y es que la película no cuenta con zombies, si no que los enemigos están bien vivos, pero si algo quiere destacar la misma es que un grupo de seres humanos vivos puede ser mucho, pero mucho peor que un grupo de muertos caminantes y es allí donde muestra cierta equidad con The Purge y sus asesinatos despiadados y a Sangre fría en medio de persecuciones urbanas que no dan respiro.
Ciertamente la nueva película protagonizada por Owen Wilson (Midnight in Paris) es una rareza, no solo por su historia y sus similitudes con otras producciones (quedémonos con la idea de que son homenajes) sino también por su tratamiento desde la dirección, que consigue no solo una buena dosis de drama, suspenso y terror, sino también una pizca de reclamo social. De más está decir que otro de los puntos que la vuelven una pequeña rareza es el protagónico del ya antes mencionado Owen Wilson dado que son contadas las veces en que no se ha desempeñado como un personaje cómico, y menos aún como un personaje de acción (aunque tampoco lo es precisamente esta vez).
Para destacar queda la actuación de un maduro Pierce Brosnan (GoldenEye) en un papel que sin mucha exigencia consigue convertirlo en todo un multifacético reto actoral que le sienta muy bien tanto a él como al film.
Sin escape es uno de los mejores estrenos de la semana y sin dudas conseguirá mantener al filo del suspenso a cualquier tipo de público. Pueden darlo por sentado.