Hace un par de años me enteré de que la película chilena Sin filtro (2016) estaba rompiendo todos los récords de ese país, y que se harían remakes en varios territorios (Argentina incluida).
Me interesé mucho ya que su guionista y director es Nicolás López, quien es el responsable de una de mis películas latinas preferidas, la coming of age nerda Promedio rojo (2004). Así que ni bien pude la vi.
Mi ilusión se deshizo de manera rápida ya que no conecté con la historia ni me reí casi nada, y lo mismo me sucede con esta remake española pese a que detrás se encuentra Santiago Segura.
Es por ello por lo que espero mucho la versión argentina dirigida por Martino Zaidelis y protagonizada por Natalia Oreiro.
Porque la idea y guión es tan original como ligera, pero me doy cuenta de que también muy autóctona y propia de una cultura para enganchar al espectador.
Este estreno funciona en cada aspecto formal, y la producción es impecable. Pero no es una película de Santiago Segura, no noté su impronta salvo en un par de secuencias en las cuales él mismo hace un cameo.
Maribel Verdú está genial pero no me hizo estallar como supuestamente tendría que haberlo hecho.
En cambio, me encantó el papel de Rafaél Spregelburd, pero claro, es argentino, así que vuelvo al inicio de esta reseña.
Sin rodeos (título que se le dio en España) es una gran comedia, pero no para el público argentino, cuya cartelera se prepara para recibir a Re Loca.