Este año veremos este relato de mujer desesperada que intenta encajar en un mundo que la ve vieja, agobiada por la tecnología y con problemas para relacionarse con el sexo opuesto. En esta oportunidad, Santiago Segura se pone tras cámaras para que Maribel Verdú brille.
Si bien la corrección del film, a pesar de la impronta de revolución que desea manifestar, le juega en contra, la séptica visual y la linealidad del relato, sumado a la interpretación de Verdú le suman algunos puntos.