Atrapado entre amores
Un padre divorciado que adora a su hijita, se enamora de una española que odia a los chicos. ¿Qué hacer?
Toda comedia refleja algún conflicto social o familiar, exagerando sus causas y consecuencias, buscando la risa sobre el melodrama. Sin hijos, la nueva película de Ariel Winograd, sigue a Gabriel (Diego Peretti) un padre divorciado, enamorado de Sofía, su hija de 8 años, con serias dificultades para volver a formar una pareja hasta que aparece Vicky (Maribel Verdú), el amor de su vida, y también una fanática militante anti niños.
Si Sofía era la excusa para espantar a cuanta mujer le presentaran, si su casa era un playroom y la niña su único tema de conversación, ahora el mundo se dio vuelta: la sola existencia de Sofía se convierte en una amenaza potencial a su incipiente relación con Vicky, una española hermosa y desenfadada que no se involucraría jamás con un hombre con hijos.
Arranca entonces la doble vida de Gabriel. Amante y novio sin hijos para Vicky, padre en problemas con Sofía. Arma y desarma su casa, su vida, según el interlocutor, apelando a maniobras y mentiras que se suceden junto al abuso del videoclip, con Gabriel buscando lo que no tiene: equilibrio.
Así, Sofía ejecuta a la perfección el papel de niña madura, mientras su padre es el fiel ejemplo de la abundante raza de adolescentes cuarentones. Vicky no se mueve de su rol, representa a la también creciente raza de cuarentonas que no quiere chicos ni en fotos.
Hay manuales para ser padres y también para mantener a los chicos lejos, pero no funcionan. Como tampoco funcionará la mentirita de Gabriel, perseguido por la culpa, por su capacidad de ocultar lo que más ama, otro subtema de esta historia amparada en la comedia.
Amparado en la comedia parece estar Winograd, cuyo tono personal es cada vez más neutro, alejándose de su prometedora Cara de queso, para destilar y destinar su cine al entretenimiento, para quedarse en la superficie de los temas que sale a tratar. Pero se ha profesionalizado, y sabe manejar la risa, incluso la ternura y cierta nostalgia que atraviesa este filme de un hombre atrapado entre dos amores.
Amores distintos, necesarios y urgentes para él, pero peligrosamente incompatibles. Un buen drama transformado en comedia. Con las limitaciones de ese cruce y las dificultades de los vínculos, la culpa, la libertad. Con o sin hijos.