Bradley Cooper -uno de los sufridos juerguistas de ¿Qué pasó ayer?- se revela como un competente actor dramático en este film que recuerda en algún punto a Delirios de grandeza, clásico de Nicholas Ray. El punto de partida es el mismo: un hombre común (aquí es un escritor en crisis de página en blanco) descubre que un medicamento lo cambia, lo vuelve -literalmente- un super hombre. Del éxito repentino a la aparición de quienes quieren utilizarlo (o acabar con él) hay un paso y, cuando el film se transforma en un thriller rutinario, pierde parte de su vibración primera y del ingenio de su trama.