Hay un famoso dicho que reza: “Ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón”. Podría decirse que de esta premisa parte Sin Nada que Perder (Hell or High Water, 2016) que acaba de ser estrenada en las salas argentinas.
Desde que la película comienza, la cámara entabla una complicidad con nosotros, los espectadores. La primera escena reconstruye el recorrido diario de una de las encargadas de un banco. Las imágenes se desplazan con fluidez para tentarnos, incluso; tentarnos a seguir observando y ser consumidos por la emoción. Después, con el desarrollo de la trama, y mientras conocemos a Tanner (Chris Pine) y a Toby (Ben Foster), caemos en cuenta de que también está siendo empleada la inteligencia en este plan, y no por llevar a cabo un robo, sino por cómo llevarlo, a quién perjudicar al final en todo esto.
Esta historia, donde los hombres están tan presentes, no exuda un machismo como sería de esperarse. Mackenzie no se intimida en mostrar el cuerpo desnudo del hombre a las puertas de su retiro en el caso de Marcus (Jeff Bridges), en contraste con la energía sexual de Toby o la calma de Tanner. Cada uno tiene su temor que lo acompaña. Y aunque los roles de las mujeres son circunstanciales, dejan en claro su valor en la trama. Tienen cierta tristeza en sus ojos, aún la camarera, quien es la más animosa.
A fin de cuentas, esta historia texana muestra todas las aristas de un robo, y no solamente desde el punto de vista de los perseguidos y los perseguidores. Tampoco olvida que todo robo viene dado por la presión que ejerce el contexto económico. No se trata de víctimas aquí, sino de personas que intentan subsistir. Todos lo intentan desde su trinchera.
Como curiosidad, la película acaba de ser nominada a cuatro Oscars: Mejor Película, Mejor Actor de Reparto para Jeff Bridges, Mejor Guión Original para Taylor Sheridan y una muy merecida para Mejor Edición. Es improbable que gane en alguna de estas categorías, pero son nominaciones donde la película adquiere valor. Los giros de la trama son contados con precisión y el elenco, encabezado por Bridges, se amalgama con naturalidad.